Billie.
¿Te he mencionado cuánto odio el brócoli? Bueno, supongo que ya lo sabes. Bien, detengamos la imagen aquí.
Mamá, tan preciosa como siempre, triturando ese veneno verde con leche. Sí, asqueroso. Se supone que es una receta que inventó ella, además creo que le puso palta, o aguacate, como prefieras llamarla.
Pero vayamos al tema. ¿Ves cómo me mira y sonríe? Sí, la muy malvada lo está preparando para mí. Dice que debo alimentarme bien antes de ir a la casa de Jeff.
Igual, como sea, si muero aquí, quiero que le digas a Sullivan que la amo. Oh, espera. ¿No te lo había contado? Diablos, me lo hubieras preguntado.
Bueno. La cosa va así. Luego de esta primer semana de vacaciones, estuve, junto con Tré, mucho en la casa de Jeff. Y ese loquillo me ha puesto patas arriba.
Digo, ¿no te pasa que te hacen tantas preguntas que terminas cuestionandote si Dios existe? Bueno, digamos que eso hizo Jeff. Y mira, no es yo quisiera que esto sea así. Pero Jeff me complicó las cosas.
Digamos que, bueno, por así decirlo, me hizo dar cuenta de que realmente quiero a Sullivan. Sí, la sigo llamando así. Pero qué, ella me sigue diciendo Billy.
Pero a lo que iba. Si muero tomando ese líquido verde, dile que la amo. Bueno no. Que la quiero. Sí, eso. Que la quiero. Bueno. Sigamos.
—Entonces —dice mamá—. ¿A qué hora piensas volver?
Esa es otra cosa. No pienso volver hasta muy tarde. Pero aquí, entre nos. Pienso ir al puente de los enamorados. No me mires así, iré solo.
Y ya que tengo el candado y la llave. Digamos, porque creo que he perdido la llave. No lo sé, debe de estar en mi bolsillo. Bueno, como te decía. Pienso ir a ese jodido puente y poner el candado con mi nombre y el de Sullivan. Sí, así de crudo.
No me mires así, sé que ella no debe de estar de acuerdo. Pero es mi decisión. Yo decidí hacerlo, si a ella no le gusta, bueno, pan y ajo.
—¿Billie?
—¿Eh?
Bueno, ya me parezco a Mike.
—Lo siento. No estaba escuchando.
—Te preguntaba a qué hora vas a volver.
—Te aviso por mensaje, ¿okay? Bueno, debo irme.
Me levanto de la mesa y salgo disparado hacia la puerta, no sin antes sacar mi mochila y recibir gritos de mamá.
—Nos vemos —grito.
Voy de camino hacia la casa de Jeff. Y espero que Papa Matika no esté alcoholizado. Ya sabes, no es lindo presenciar una escena del padre de Jeff.
Llego a eso de los veinte minutos más o menos. Digamos. No soy bueno con los números.
Toco la puerta con mis nudillos y en segundos aparece Jeff. Nos saludamos con unos puños. Y luego entramos.
—¿Cómo va? —pregunto.
—Bien. Papá no está. Se fue con mi tío por la mañana —me dice, mientras vamos a su habitación, donde supongo que deben estar los demás—. Chicos, vino el enamorado.
—Hey —me quejo. Y le propino un golpe en el brazo.
—Hola, bro —dice Mike. Me acerco a saludar a mi amigo pelirubioyverde. Já, a mí me quedó mejor el rubio. Porque claro, soy más sexy.
Bueno, ya me callo.
—¡Billie! —exclama Jason, con la boca llena de un sándwich de, seguramente, jamón y queso.
Me acerco y lo saludo con, también, un saludo de puños.
—¿Qué tal, chicos? —digo—. ¿Y Tré?
—Ah, sí. Eso. Vino y se fue. Parece que tiene que hacer una cosas —me contesta Jeff.
Asiento. ¿Qué diablos debe de estar haciendo? Bueno, no importa. Lo importante aquí, es no mostrarse débil frente a Jeff, ni frente a los otros dos.
Porque sabes. Me tiene con las bolas en la garganta. Con esto de Sullivan y eso.
—¿Seguimos jugando? —pregunta Mike, frente a la consola.
Jason se termina su sándwich y se limpia las migajas que tiene en la ropa y se pone a la altura de Mike.
—Juguemos —dice el gordito despeinado.
Yo, por mi parte, me siento en la cama de Jeff, la cual ahora está en el suelo. Ya que por lo que me enteré, el tío de Jeff no les pagará más su mensualidad.
Sí, lamentable. Pero bueno. Sigamos. ¿Ves cómo Jeff toma dos gaseosas y se sienta junto a mí? ¿Ves cómo me da una? ¿Y cómo me sonríe? Esto sería perfecto para una película gay, pero mira. Aquí viene el arma.
—¿Y Billie? —dice—. ¿Cuándo piensas decirle a Hanna acerca de tus sentimientos?
Sí, el muy imbécil. Pero Billie Joe no se deja intimidar.
—¿Y tú, querido amigo, cuándo piensas decir que eres gay?
—¡Oye! —susurra—. Eso es jugar sucio.
Bueno, qué esperaba.
—Entonces —continúa, sorbiendo de su gaseosa—. ¿Vas a decirlo, o no?
—Mira, pedazo de idiota, ¿acaso crees que es fácil y decir "Oye, creo que me gustas"?
Me mira como idiota. Es obvio que para él es fácil. ¡Claro, Billie! Estás hablando con el que se le declaró a una lesbiana. Sin pudor alguno.
—Escucha. Jason no la ama, así que —susurra— tienes el camino libre.
Vaya. Genial. Perfecto.
—Debo irme —digo. Me levanto y salgo de la habitación, no sin antes decir adiós con la mano.
Me voy de la casa de Jeff y voy directo hacia el puente. Oh, bendito puente. Donde dejé plantada a Sullivan. Y donde Sullivan abrió sus sentimientos.
Cuando llego, noto que no hay nadie. Mejor para mí.
Apresuro mi paso y llego frente a los candaditos. Saco el mío del bolsillo. Ya dice mi nombre y el de Sullivan. Perfecto. Busco un lugar medio vacío y lo pongo allí. Genial.
—Perfecto.
—¿No te da vergüenza?
Me volteo. Diablos.
—¿Sullivan?
—¿No te da vergüenza, imbécil? —masculla.
Sonrío.
—¿Qué tal todo? —pregunto, inocentemente.
Me alejo despacio cuando veo cómo se acerca a pasos rápidos hacia mí.
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Ordinary World. [Billie Joe Armstrong] #FueledByPremios2018
Fanfiction[Cariño, no tengo mucho, pero lo que tenemos es más que suficiente]