Capítulo 38

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Hanna.


Martes por la mañana, ay vida. Desearía ser rica para no tener que levantarme a esta hora y de paso tener un novio rico que me haga mimitos mientras estoy en cama.

Bueno... ya deliro. Sigamos, hoy tengo literatura, y luego filosofía... creo. Al menos la pasaré con Bill, es buena compañía, ¿no crees? Tú si sabes, él es lindo, ¿no? Es carismático, agradable, y es caballeroso... bueno, digamos. A veces es algo asqueroso cuando habla de sexo. Pero qué digo yo, si soy una gran virgen. 

Tendré una V enorme en mi frente y en mi trasero dirá: Nadie pasó por aquí. Ay, creo que ya estoy hablando estupideces. Mejor me levanto de la cama.

—¡Hanna, ven, rápido! —escucho gritar a Den.

Me levanto rápido, vestida de pijama, y salgo rápido de la habitación. Mi hermanito me necesita. Rayos, qué sucede. Llego al pasillo y lo veo en la puerta de su habitación, esperándome. 

¿Qué sucede? 

¡Mira! ¡mira! —exclama—. ¡Aquí!

Apunta su pecho, y me acerco despacio, observando su pecho desnudo. No veo nada. Qué rayos debo ver.

—Den, ¿qué diablos?

Suspira, y acerca su dedo a un punto de su pecho. Observo bien y logro ver un fino vellito.

—Vaya —digo, mientras me alejo—, ya estás hecho un hombre.

¡Sí! ¿Acaso no es genial? Wow, ya me siento todo un hombre.

Me abraza fuerte y río. Como lo amo demasiado, esto no me parece una tontería.

Bueno, gran hombre. Debo alistarme.

Asiente y entra a su habitación, vuelvo a reír y voy hacia mi habitación. Debo alistarme. Hoy me espera un gran día, lluvioso, pero qué se le va a hacer.

*   *   *

Literatura, oh dulce... bueno me callo.

—...entonces —dice Brink—, necesito que para el próximo lunes me traigan el ensayo de cualquier libro, el que más les guste.

Se escuchan asentimientos y  algunos de desaprobación.  Yo, por mi parte, me volteo y veo a Bill. 

Pts, Bill —susurro, bajito, pero parece no escucharme. ¿O me está ignorando?—. Oye, ¿me escuchas?

Bueno, Mike. ¿Qué almorzaremos hoy? —dice. Ignorándome por completo.

¡Desgraciado! La traición, hermano, la decepción. Okay, tampoco tanto. ¡Pero me está ignorando! ¿Y yo que le hice? Maldito. ¿O quizá no me habrá escuchado? Me volteo hacia delante  y cojo un papelito donde luego escribo:

Oye, ¿acaso estás ignorándome?  

Arrugo el papel y se lo lanzo, espero una respuesta. Al rato siento que me lanzan un papelito en la cabeza, me volteo sonriente y luego tomo el papelito del suelo. Lo abro y me decepciono al leerlo. Dice:

:v nel por sierto soi Mike ;)

Qué ortografía. Vaya, entonces Bill sí está ignorándome. Pero, ¿por qué?

Suena el timbre y todos salimos del salón. Tomo mis cosas y voy rápido hacia Billo. Toco su hombro y se voltea.

¿Qué? —pregunta, mirando a los costados.

—¿Te sucede algo?

¿A qué te refieres? —vuelve a preguntar, sin mirarme a los ojos.

Ordinary World. [Billie Joe Armstrong] #FueledByPremios2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora