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Creo que es gracioso. En frente de mi hay una hermosa chica que podría ser una modelo sin problemas, es perfecta e inteligente, o al menos lo intenta. Se me está declarando e invitándome a salir pero ¿saben? No me interesa. Para nada. No tiene nada que me llame particularmente la atención, y creo que eso, también, es gracioso. Miles de hombres matarían por estar con una chica como ella, pero para mí no tiene nada que merezca mi atención.

La rechace claramente y sin darle ninguna posibilidad, aprendí que es mejor de esta forma, entonces, ella me llamo grosero y me lanzo su vaso de agua encima, claro, esto fue incluso más gracioso para mí y termine por echarme a reír, asi que esta era su verdadera cara, me alegro de haberla rechazado. Me pongo en pie y me alejo de ese restaurant.

No es primera vez que pasa algo como esto, después de todo, suelo tener una reputación de mujeriego, aunque rechace a cada una de estas chicas y no mantenga nada serio con ninguna, solo busco cosas de una noche no un compromiso ni nada por el estilo. El solo hecho de recordar mi primera relación seria me hace no querer volver a estar con nadie, no es que haya sido una horrible experiencia, todo lo contrario, y es por eso que no quiero volver a tener algo serio con alguien. Esa primera relación significo tanto que ya nada puede superarlo, más bien, nadie puede superarlo, aunque las cosas no hayan terminado como yo lo deseaba.

Suelto un suspiro al escuchar el sonido de mi celular en mi bolsillo, que horror, se de antemano de quien se trata y no quiero escuchar un sermón, no aun, de todas formas, termino por contestar cuando ya estoy entrando a mi bar preferido.

- Será mejor que no estés en un maldito bar – escucho la voz irritada

- Claro que no, mama – contesto mientras le pido al camarero una cerveza

- Sí, claro – admito que me gusta molestar a esta persona, siempre ha sido así – me pasare en unos minutos por tu departamento

- ¿Por qué? – pregunto de inmediato ya bebiendo de mi cerveza

- Cuando te vea te explico – dice rápidamente y corta la comunicación.

Kuramochi siempre ha sido este tipo de persona después de todo, asique, no me siento particularmente impresionado de todo esto. no me apresuro a terminar mi cerveza, más bien, me tomo mi tiempo a propósito, de todas formas el me gritara e insultara, asique, prefiero que lo haga con una buena razón.

Y como él dijo, cuando entre a mi departamento este ya estaba ahí sentado en un sillón cómodamente, a estas alturas de nuestra amistad él ya sabe dónde guardo la llave de repuesto. Me siento a su lado en el sillón, él está leyendo un libro y no levanta la vista de este hasta que veo que termina de leer el capítulo, pone el marca páginas y se voltea a mirarme.

- Pensé que llegarías mucho más tarde – escucho que dice – y más borracho

- Eso lo puedo arreglar – digo repentinamente emocionado – aún están abierto los bares

- Mañana por la mañana tenemos una sesión de fotos, no lo olvides

- Claro que no – dije. Sabía que había una sesión de fotos pero claramente yo no quería asistir asique rogaba internamente enfermarme para no ir.

Cosas como estas suelen suceder de vez en cuando, a veces sesiones de fotos, otras unas entrevistas, todo esto va en el pack con ser parte de uno de los grandes equipos de beisbol profesional del país. Yo y Kuramochi cumplíamos los mismos roles que cuando compartíamos equipo en Seido, eso era algo bueno, nos reclutaron al mismo tiempo luego de terminar cada uno una carrera universitaria, ahora teníamos veinticinco años cada uno y ya llevábamos un año en el equipo.

Creo que es graciosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora