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La verdad es que no sabía si contarle a Kuramochi sobre lo sucedido en esa noche. Hacerlo solo terminaría por confirmar todas las sospechas que tenían en el estacionamiento, después de todo, había tenido la fuerte intención de besarlo mientras el dormía en mi auto, lo cual, fue bastante desconsiderado de su parte sabiendo todo lo que estoy sintiendo por él.

Como sea, termine por contarle todo a ese par de igual forma, no esa misma noche, sabía que estarían ocupados, además de ya ser bastante tarde. Esa noche solo decidí ir a mi departamento y lamentarme y regañarme por el resto de la noche, cabía la posibilidad de que ese "buenas noches" haya sido un nuevo adiós definitivo por lo imbécil que soy.

- Eres un idiota – fue lo primero que me dijo Kuramochi al terminar de contarle lo sucedido hace unas cuantas noches atrás – y eso jamás cambiara.

- Nadie niega eso – dijo Ryosuke – ahora el problema es el hecho de que el delincuente a mi lado no soportara mucho tiempo estar en abstinencia de Sawamura.

- ¿te ha dicho algo desde esa noche? – pregunto Kuramochi

- Nada – dije derritiéndome en mi asiento.

- Metiste la pata – continuo este

- No tienes salvación – dijo Ryosuke – te advertimos que no hicieras nada.

- Lo sé, mama – Ryosuke frunció el ceño ante esto, pero no me dijo nada.

Sí. Desde la noche en que metí la pata que no hablo con él, nada de llamadas ni mensajes de texto. Los primeros dos días pensé que sería normal distanciarnos un poco y darle espacio, pero cuando ya se estaba cumpliendo una semana comencé a preocuparme. "genial, si fue un buenas noches de despedida definitiva" me decía cada vez que analizaba todo lo sucedido.

Intente comunicarme pero como era de esperarse, no contesto mis llamadas ni mis mensajes. Si, estaba frito, sin salvación y lo único que me quedaba por esperar era morir en soledad. O eso pensaba esa mañana, afuera el día era perfecto, hermoso, como si se estuviese burlando de mí. Me asome al balcón y fume un cigarrillo, la nicótica a estas alturas ya no produce ningún efecto en mi cuerpo y es que ya llevo bastantes años consumiéndola, exactamente cuatro años.

Cosas buenas terminaron hace cuatro y otras no tanto empezaron también.

Ryosuke no permitía que fumase cerca del departamento, por eso me enviaba siempre al balcón para esto, por otro lado, cuando estábamos solos Kuramochi y yo, el permitía que fumase dentro del departamento pero sin dejar evidencias del crimen, pues, si Ryosuke se enteraba habría un verdadero crimen y yo no sería la víctima.

Era usual que cuando me vieran afectado por algo, este par me invitase a su departamento por el día, escuchaban todas mis estupideces sin quejarse y me dejaban en claro lo idiota que era, eso es lo que hacen los amigos después de todo y valoro bastante que me digan siempre la verdad directamente, en especial Ryosuke, si yo estoy cometiendo alguna idiotez el no tardara absolutamente nada en decírmelo y darme argumentos que no puedo debatir sobre eso.

Poso mis brazos sobre la baranda y miro hacia abajo, el departamento está en un piso bastante alto, por eso la vista es tan genial desde aquí arriba, sin embargo, nada me emociona mucho. Continuo fumando, veo a un lado del edificio la piscina de este, hay gente allí en el agua y puedo escuchar la risa y gritos de los niños, me alegro de que mi departamento no tenga piscina.

- Dime que no piensas lanzarte – debo verme bastante acabado como para que me diga esto Kuramochi – sería un problema que viniese la policía a interrogarme – comienzo a reír y le regalo una señal obscena con mi dedo, el también ríe y se para a mi lado, no tardo nada en tenderle mi cajetilla de cigarrillos, el tarda menos en aceptar uno y comenzar a fumar

Creo que es graciosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora