Creo que es gracioso

9

Sentí que había viajado en el tiempo, que todo lo sucedido esas semanas en abstinencia de Sawamura solo había sido un mal sueño, porque ahí, ambos sentados comiendo y bebiendo algo, era como si volviese hace algunas semanas y nada malo hubiese pasado.

Todo había sido un accidente o descuido del idiota, creo firmemente que fue un descuido más que nada y al principio albergaba algunas dudas, sin embargo, cuando vi como sacaba su celular para mostrármelo, sin que yo se lo pidiese era como un niño con un juguete nuevo, termine por confirmar su historia.

Él me conto animado todo lo que hizo en su viaje a otra ciudad. Fue un viaje con el propósito de fotografiar el paisaje, aunque, principalmente se concentró en los animales que no suelen habitar en un lugar como la ciudad, me contaba emocionado como tuvo que moverse a través de los árboles de un bosque y esperar por horas a que un extraño ave apareciese por fin, después de todo, habían registros de que esa ave habitaba esa zona.

Y lo logro. El momento en que me conto él hecho de que había llevado a cabo tal hazaña, sus ojos resplandecieron como un par de enormes gemas. Inconscientemente, ya estaba sonriendo junto con él, y cuando eso sucede, lo único que significa, es que ya caíste hasta lo más hondo.

- ¿me mostraras alguna de las fotografías que tomaste? – pregunte, la verdad es que nunca he visto alguna de sus fotografías, no directamente.

- No – dijo de inmediato

- ¿Qué? – solté, de verdad no me esperaba que se negara a esto

- Casi olvido contarte esto, pero ya que preguntaste, lo recordé – dijo de nuevo emocionado – dentro de poco hare una exposición de mis fotografías – dijo bebiendo de su refresco, si, esta vez no acepto por nada del mundo beber algo con alcohol, aunque no me reprimí en jugarle algunas bromas sobre la vez pasada

- Felicidades – digo sonriéndole.

- Espero que vayas, Miyuki Kazuya – bien, ahora sí que me siento feliz, formo una sonrisa de medio lado en mis labios. Él, por otro lado, me dedica su mirada felina.

- Claro que iré – termino por decir.

- Bien, te enviare los datos luego – entonces, ambos cambiamos de tema.

Entiendo bastante bien el hecho de que este tan emocionado con todo esto de la exposición, después de todo, es algo sumamente importante en la carrera de un fotógrafo. Y si, definitivamente estaré ahí, pase lo que pase.

Bien, ambos estábamos en el auto, sobrios, Sawamura apretaba todos los botones posibles y a la vista, me preguntaba una y otra vez para que era cada cosa, llegue a un punto en que ya no conteste más. Sin embargo, el continuaba cambiando la radio y experimentando con más cosas, al menos no está cantando, había pensado, pero en cuanto formule esto en mi cabeza, el comenzó con una melodía pegadiza de la radio.

- Oye – dijo interrumpiendo su concierto – estoy sobrio – le dedique una de mis miradas que dejan en claro un "no me digas" – ¿me dejaras conducir? – oh no.

- No lo sé – lo mire a mi lado, sonreía, sabía lo que hacía, cuando estábamos juntos solía hacer esto para conseguir algo de mí. Me sonreía de forma suave, no una sonrisa deslumbrante como la que suele hacer, no, una sonrisa ligera, seductora, solté un suspiro, no puedo con esto y espero no arrepentirme de nada – bien, pero yo te enseñare

Entonces, el soltó un grito de victoria, que cruel puede llegar a ser este tipo. Me dirigí hacia un estacionamiento, ese sería el lugar indicado para practicar, encontré uno bastante alejado, donde no corriese peligro ningún ser vivo aparte de nosotros. Me baje del auto y cambiamos de lado rápidamente, el miraba con ojos brillante y emocionados el manubrio, estoy temiendo por mi vida, la de él y la de mi precioso auto, pero no tengo alternativa, estas son cosas que una persona hace por amor.