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Suelen decirme un montón de veces que envidian mi relación. "ustedes son la pareja perfecta", "desearía tener algo tan lindo con mi novio". Mentiras. Me decía un y otra vez, esta relación no es tan linda como insisten en pintar en el exterior. Sí, estoy completamente enamorado de él, lo admito y hace mucho que lo digo en voz alta, se lo digo a él en cada oportunidad que puedo, ¿para qué? Ni yo lo sé, después de todo, siempre me responde con una de sus hermosas sonrisas y nada más. Él es cruel, pero lo amo.

Puede que al principio de la relación hayamos estado bastante cerca del concepto de la "pareja perfecta", sin embargo, esto no duro demasiado, digamos, que también tuvimos unos cuantos problemas cuando ambos nos encontrábamos estudiando diferentes cosas. Pero lo importante, es que esa vez logramos sobrellevar las cosas, hicimos que funcionara, y salió genial, además, el hecho de no vernos tan seguido hacia que, las veces en que nos encontrásemos, estuviésemos casi desesperados por el otro.

Pero esta vez es completamente diferente, todo es diferente, todo ha cambiado. Ya no estamos en la universidad, y pensé que ahora que terminamos nuestros estudios, las cosas comenzarían a salir sobre ruedas, todo sería incluso mejor que antes, pero eso no sucedió, fui ingenuo.

Ambos tenemos nuestros respectivos trabajos, yo suelo estar más ocupado que él, después de todo, soy un jugador profesional, entrevistas, entrenamientos, eventos, partidos de práctica y partidos reales en donde debo darlo todo, y me gusta todo esto, me gusta ser un deportista profesional, hago algo que amo y me pagan por ello, el trabajo perfecto.

Pero desde que comencé con esta vida del jugador profesional que las cosas entre nosotros comenzaron a cambiar. Comenzamos a vivir juntos hace mucho tiempo, ya llevamos años conviviendo, y al tiempo de comenzar a ser profesional, nos mudamos a un departamento más grande, entonces, se notó especialmente el cambio, o yo comencé a notarlo.

Nos distanciamos. No es como si hubiésemos comenzado a ignorarnos mutuamente, nada de eso, solamente, que yo comencé a estar más ocupado, y esto, al parecer, no fue del agrado de él. Me reclamo numerosas veces, pero no hice nada al respecto, solo continúe con mi rutina, levantarme temprano y llegar ya de madrugada. Me pasaba el día completo entrenando o en algún tipo de evento, la verdad, es que me esforzaba mucho, debía escalar en el equipo y deseaba ser titular lo antes posible, asique, sí, me volví algo así como un trabajólico.

Descuide a mi pareja. Y ese fue el primer de todos los errores que cometí.

Para cuando ya era titular y comencé a tener tiempo libre, pasar más tardes en casa y ese tipo de cosas, me di cuenta de que algo raro sucedía. Él era mucho más frio conmigo, evitaba el contacto conmigo y las conversaciones que antes duraban horas, comenzaron a parecer forzadas y solo prolongarse por quince minutos.

No soy idiota y claramente le pregunte más de una vez que era lo que le sucedía, que era lo que tanto le había molestado, sin embargo, siempre obtenía la misma respuesta, "solo es cansancio por el trabajo, ya pasara" y le creía. Segundo error.

Bueno, estar trabajando y entrenando durante todo el día, contar minutos para llegar a casa y encontrarme con él con una actitud digna de un tempano de hielo, es algo duro. No podía evitar sentirme un poco enojado también, no nos veíamos casi nunca y cuando lo hacíamos él se mostraba frio e indiferente a mí. Era doloroso, me frustraba y me hacía sentir algo irritado, pero sobre todo, me comencé a sentir solo.

Deje de insistir, decidí darle su espacio y no forzar nada, sé que él no es del tipo que le gusta que le insistan en algo, asique, no lo hice. Pero en ese entonces, seguía amándolo mucho, tanto que dolía, con cada silencio, cada respuesta cortante, cada rechazo a que yo lo tocase, todo eso, hacía que un dolor creciera en mi pecho.

Creo que es graciosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora