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Dentro de unas horas es el gran día. Digo dentro de unas horas ya que ya es pasado medianoche y aun no puedo dormir, el evento será por la tarde, en el anochecer. Yo tengo sueño, pero Sawamura no lo tiene, está nervioso y se mueve sobre la cama, rueda por esta y no se queda quieto ni siquiera un segundo, escucho como suelta suspiros sin parar.

Sin esperar más me levante de la cama y fui en busca de mis audífonos, tome mi celular y volví a la cama a su lado, Sawamura estaba sentado en esta y aunque el cuarto estaba completamente oscuro pude ver de igual forma su silueta.

- ¿Qué sucede? – me pregunta en voz baja, yo me recuesto a su lado en la cama y conecto los audífonos al celular

- Recuéstate y póntelo – digo mientras me recuesto y me acomodo, él obedece

- ¿Qué planeas? – vuelve a preguntar

- Ya que de seguro no aceptaras una copa de vino para dormir, he optado por solo escuchar música suave – escuche su risa baja

- No creo que compartamos el mismo concepto sobre música suave

- Confía en mi – dije mientras comenzaba a sonar una canción

Es verdad que no compartimos la gran parte de la música que escuchamos, sin embargo puedo decir sin dudar cuáles son sus bandas preferidas, también admito que el hecho de que siempre este poniendo música en mi auto ha hecho que yo también comience a tomarle el gusto a algunas canciones.

Y cumplí mi palabra, escuchamos música a un volumen bastante bajo, música suave. Nos quedamos recostados uno al lado del otro, yo me ocupaba de poner otra canción cuando una terminada, luego de tres canciones me acomode y gire sobre la cama, mirando a Sawamura, este mantenía los ojos cerrados, y al ver como su respiración era lenta supe que ya había caído dormido.

Quite el audífono de su oído y deje este, junto con mi celular, en el mueble cercano a la cama, me acomode al lado de Sawamura, abrazándolo contra mí, y como si él fuese un niño, podía sentir como su cuerpo se tensaba y relajaba simultáneamente, también a veces padece de Mioclonias del sueño, en otras palabras, al idiota le salta el cuerpo mientras duerme, como cuando sientes que estas a punto de caer al vacío. Esto se ha vuelto aun peor ahora con todo el estrés que está pasando por la universidad y la exposición.

Suelto un suspiro y decido que ya es hora de que yo también me duerma, y esto me toma menos de lo que tenía pensado, después de todo, los entrenamientos me dejan agotado.

Despierto al sentir un peso de más en mi cadera, abro los ojos lentamente y lo primero que veo es a Sawamura con dos tazones humeantes en sus manos, el olor al café llega a mis fosas nasales de inmediato, sonrió y el me regala una sonrisa resplandeciente, está sentado sobre mí y me tiende una taza. Yo me siento sobre la cama y se la recibo, si algo sabe hacer bien en la cocina es el café, lo hace como me gusta, amargo.

- Buenos días – le digo de inmediato

- Buenos días – me responde - ¿Cómo dormiste?

- Bien, aunque la persona que estaba a mi lado me ataco más de una vez y me golpeo más de lo normal, comienzo a creer que en realidad no estabas dormido y lo hiciste a modo de venganza

- Quien sabe – dice él mientras bebe de su café

- Oh y no lo niegas – digo

Lo analizo con la mirada, se ve tranquilo, sé que no lo está en realidad, pero también tiene esa mirada que me solía dedicar en los partidos, como si un gran desafío se avecinase, bueno en efecto así era.

Creo que es graciosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora