Epílogo

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Sonreí mientras trotaba hasta la zona del pitcher, me acerque a este. Había un calor abrazador ese día, todo el estadio se encontraba bastante desanimado debido a las altas temperaturas que nos rodeaban, solté un suspiro, mire a mi alrededor, podía ser uno de los días menos recomendables para jugar un partido, sin embargo mi equipo se encontraba sonriente y dispuesto a llegar hasta el final de todo esto.

Lleve mi mirada de vuelta al pitcher. Intercambiamos unas cuantas palabras y volví a mi lugar con la intención de continuar con el juego, todo se desarrolló con normalidad, sin embargo el equipo contrario mantenía una diferencia desfavorable de algunos puntos, claramente no sería tan difícil alcanzarlos, sin embargo debido a todos los años que he pasado en esto del juego he llegado a la conclusión de no confiarme por nada del mundo.

Y entonces el entrenador decidió cambiar al pitcher, felicite al pitcher con el que había jugado hasta ahora y sonreí abiertamente al ver con quien jugaría ahora. Ahí estaba en frente de mí, un chico que conocía bastante bien y que se encontraba actualmente jugando en este equipo y en esta posición debido a que yo había ganado un partido hace muy poco tiempo que implicaba una apuesta de por medio, con la cual él esperaba definir su futuro. Es un completo loco como para dejar una decisión tan importante en manos de algo como una apuesta sobre un partido, pero él lo hizo, y es feliz, lo sé por la forma en que se desenvuelve y entra al diamante.

Se ve tan hermoso con el uniforme, afirmaría que él nació para llevar un uniforme de beisbol, camino rápida y sonrientemente hasta mí.

- Vamos a hacerlos morder el polvo, Miyuki Kazuya – sonreí ante sus palabras mientras el proseguía a soltar numerosos gritos, es igual a como lo era cuando jugábamos en la preparatoria

- Deja de hacer escándalo y concéntrate en el partido – le dije sonriendo

Luego de darle instrucciones y consejos volví a mi lugar, me prepare para recibir sus lanzamientos, extrañaba enormemente la sensación que me provocaban sus lanzamientos, esa emoción y energía que me transmitía solo lo lograba él, ningún pitcher me hizo temblar ante sus lanzamientos, Sawamura lo hacía.

El que él terminase uniéndose al equipo fue una decisión de ambos, Sawamura insistía en que podía unirse a cualquier equipo sin problemas, una vez que terminase todo sus asuntos pendientes con la fotografía, sin embargo yo insistí en que se uniese al mismo equipo en el que yo estaba, lo quería de vuelta conmigo, a mi lado, esa era la verdad.

Y una vez terminado todo y hablado con sus padres, él volvió a entrenar, yo lo ayude todo el tiempo y le brinde todo mi apoyo, sabía que él dudaba, aunque por lo general es una persona sumamente decidida, esta vez lo vi dudar sobre esta decisión, y lo entendía completamente, yo también dudaría ante algo como esto, en especial si tu decisión no fue muy aceptada por tus padres en un comienzo, solo en un comienzo, luego terminaron por apoyarlo, y es que en realidad todo el mundo se daba cuenta de lo que en realidad Sawamura amaba hacer más que nada en el mundo, todos lo sabíamos.

Así que, viendo a mí alrededor, chocando mi mirada con la de él en el campo, en un partido, rodeados de personas, puedo sentirlo.

Puedo sentir que este es el lugar al que ambos pertenecemos. 

GRACIAS POR LEER. 

Creo que es graciosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora