Cap 21: Tranquila, no voy a violarte

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Los chicos decidieron venir a mi casa a ver una película de terror, así que mi tarde de series va a ser interrumpida, de todos modos prefiero eso a quedarme sola con mi madre y que esté llamándome a cada momento.

A veces quisera tener hermanos, al menos uno o una, sea mayor o menor no importa, pero Jacque me dice que tengo suerte de ser hija única; Ella tiene un hermano pequeño de ocho años y aunque sea muy revoltoso, lo quiere mucho.
Mis otros dos amigos están igual que yo, aunque con la diferencia de que ellos se criaron juntos y son como hermanos.

Tocan la puerta de mi habitación y me paro a abrirla. Los tres entran con cosas para comer y beber.

—Nosotros nos encargaremos de hacer las palomitas —dice Abner

—No hace falta que me digas donde están las cosas Jess, yo lo sé —afirma Louis arqueando las cejas.

—Está bien, sólo no vayan a desordenar todo porque ahí se las van a tener que ver con Lauren —río por lo último que dije, si mi madre oyera que la llamé por su nombre se molestaría demasiado.
Aunque tenga tres amas de llaves, es muy obsesiva con la cocina y siempre quiere que se vea brillante, porque le gusta cocinar y lo hace a menudo.

Mientras ellos bajan hacia la cocina, con Jacque pensamos que película veremos. Cuando ya la tenemos, nos acomodamos para esperar a nuestros amigos.

Pensé que yo era la más miedosa, pero veo que Louis me gana, hace mucho no veíamos una película de terror todos juntos. Él se encuentra en el medio de mi cama junto a Jacque; Abner y yo estamos en los extremos.

Pusimos el volumen bastante elevado y cerramos todo, de manera que lo único que brille sea el televisor que, además, es considerablemente grande.

Louis me rodea con un brazo y esconde su rostro en mi cuello, a la vez que se cubre con el edredón.

Ya hemos visto esta película con Jacque una vez y por eso no nos inmutamos. La escogimos porque nos gustó y se la queríamos mostrar a los chicos.

—Oh por Dios ¡Oh por Dios! Se está acercando —exclama Louis cobriendose el rostro.

—Cuidado que te atrapará —grita mi amiga y lo toma de una pierna, a la vez que le quita el cobertor de encima y lo arrastra.

El grito de nuestro amigo hace que los tres soltemos una sonora carcajada.
Jacque enciende la luz y vemos a Louis envuelto en el edredón, en un costado de la cama.

—Eres diabólica Jacqueline —le dice asustado y se levanta rápidamente. Ella lo abraza y vuelven a acostarse.

—Si recuerdan que son casi las tres de la mañana ¿no? —pregunto luego de estar hablando un rato— Dentro de unas horas tenemos colegio

Si mi madre supiera que ellos están aquí a esta hora, sabiendo que debo levantarme temprano, no sé lo que se sería capaz de hacer. Por eso, sólo fingí que ya se habían ido y le dije que vendría a dormir.

—No pienso volver a mi casa a esta hora — dice Louis muy seguro—, no después de haber visto que la maldita película es basada en hechos reales

—Yo tampoco quiero volver, ya es viernes, no nos hará nada faltar un día, buenas noches —Jacque se tapa y se da media vuelta, dándonos la espalda a Louis y a mi.

—Debemos ir, nos darán las últimas calificaciones —inquiere Abner incorporándose.

—Es verdad, así que lo mejor va a ser que durmamos si no queremos llegar como zombies —digo y me acomodo para dormir no más de tres horas.

(...)

El grupo de animadoras se mueve por toda la cancha de básquet, están ensayando.
No paro de pensar como pueden estar tan activas si ni siquiera son las ocho de la mañana, luego recuerdo que me dormí a las tres y se me pasa. Debo parecer un mapache con las enormes ojeras que traigo, las cuales no se cubren con nada.

Lo aprendí de ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora