Lo aprendí de ti

Cap 45: La verdad

Casi nunca vengo con el auto a la Universidad, prefiero caminar las pocas cuadras.

A veces acordábamos con Jacque para venir juntas y en algunos casos regresar juntas también, dependiendo de nuestros horarios.
Pero esta mañana al salir de mi casa la vi caminar sola y casi entré al garage para buscar el auto porque de repente me invadió una sensación de soledad y se me fueron un poco las ganas de ir caminando. Pero no lo hice, no iba a dejar de hacer algo que siempre hago por una estupidez.

Entiendo que se haya enojado conmigo porque le oculté eso a Louis, que después de todo es su mejor amigo pero se lo tomó muy personal cuando el problema ni siquiera es con ella.
Si quiere arreglar las cosas tendrá que acercarse por su propia cuenta para hablar, no soy una persona orgullosa pero creo que es injusto que no me dirija la palabra, que a penas me mire cuando la cruzo en los pasillos y la que tenga que ceder sea yo cuando no le hice nada.

Estoy acomodo las cosas en mi bolso que está apoyado sobre un banco en la entrada del edificio cuando una voz irritante y sumamente molesta hace que la tranquilidad que tenía se desvanezca.

—¿Por qué Cindy casi no me habla?

—No lo sé —me encojo de hombros—¿Por qué tendría que saber eso yo?

—Porque ahora son amiguitas y están todo el día juntas de aquí para allá contándose secretitos y hablando de cosas que sólo ustedes entienden —me dice en tono de burla, haciendo una especie de imitación de nosotras con sus dedos.

Puedo notar que lleva uñas de gel, de lejos parecían reales.
Y también puedo ver de cerca sus labios que desde que la vi supuse que están rellenos de colágeno, un poco exagerados pero pintados a la perfección. El resto de su rostro está igual de perfecto, no sé como alguien puede tener ganas y tiempo de maquillarse tanto a las siete de la mañana.

—Mira Maggie...

—Tú dime Margaret —me señala y una de sus uñas casi me toca el hombro.

La forma despectiva que tiene de hablarme me está poniendo nerviosa.

—Como sea —ruedo los ojos—. No sé por que vienes a plantearme esto, ya tengo que irme y para que sepas no soy la responsable de los problemas que tengas con Cindy

Tomo mi bolso y le doy la espalda para salir del lugar pero me detengo cuando suelta una risa como si lo que acabo de decir fuera lo más gracioso que escuchó.

—Claro que lo eres ¿A caso no te das cuenta que desde que te uniste a nosotros Cindy y los chicos a penas hablan conmigo?

Hace mucho me di cuenta de eso pero decidí no darle importancia, después de todo yo no tenía nada que ver.

—No trates de culparme a mi de tus problemas, déjame en paz —la miro de arriba a abajo.

Es mucho más alta que yo, me saca casi una cabeza y eso hace que me sienta un poco intimidada porque no suelo contestar así.

—Aléjate de mis amigos

Pasa a mi lado chocándome el hombro tan fuerte que me queda doliendo.

Estúpida.

Por fin salgo y empiezo a caminar como siempre.
No llego a hacer tres cuadras cuando veo a mi padre yendo en mi misma dirección con el auto.
Me ve y hace señas para que me suba. Hubiera preferido seguir caminando.

—Aún no entiendo por que no vienes con tu auto. Cuando te lo compré creí que lo llevarías a todos lados

—No es muy largo el camino, además me gusta usarlo cuando voy más lejos ¿Qué haces aquí tan temprano?