Cap 39: Esa maldita perra no traía nada bueno

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Abner se fue hace unos minutos y Jacque aún tiene los ojos llorosos. Más que nada es porque ahora no se verán a diario y será raro pasar de tenerlo a un par de calles a viajar una hora para verlo.

Estamos los tres en la puerta de su casa, incluso está Michelle que cada vez está más unida a nosotros.
Antes de que se fuera Abner, nos estuvo contando que consiguió trabajo en un bar como mesera. Será profesora de arte, así que mientras estudia tendrá un trabajo seguro.

Louis se despide de nosotras, luego de decirnos que llegará tarde a una entrevista de trabajo. Ni siquiera nos dijo a cual de todos los lugares de donde lo llamaron iría, se fue apurado.

Dejamos a Michelle en su casa y le sugiero a la castaña de ir a tomar algo, antes de que sea la hora de almorzar.
Como soy yo la que conduzco y es mi auto, tengo derecho a elegir la música. Intento animarla con esa broma que hacemos siempre, pero a penas logro sacarle una débil sonrisa.
Finalmente pongo Love Yourself de Justin Bieber y nos mantenemos en silencio.

Decidimos venir al bar al que veníamos siempre los cuatro, era como una tradición, más que nada los fines de semana. Estar aquí sólo con ella, sabiendo que la próxima que estemos todos juntos otra vez en este lugar será  dentro de bastante tiempo, me pone un poco nostálgica. Y noto que Jacque también está así.

Pedimos lo mismo de siempre y nos sentamos cerca de una ventana.

—Siento que ya no va a ser lo mismo

Al fin dice una oración completa, hasta ahora sólo decía "Si" "Mhm" o simplemente hacia gestos.

—¿Por qué dices eso? Tú y Abner se quieren mucho, estar un poco distanciados no los va a afectar

—¿Un poco? —me mira frunciendo el ceño y sé a que se refiere.

—Peor sería que se haya ido más lejos. Vele el lado positivo, ahora él tiene su propio departamento, cuando lo visites nadie los va a molestar —de un momento a otro mi mente me lleva a pensar en cosas subidas de tono y sacudo ligeramente la cabeza.

—Es verdad —suelta un largo suspiro—, aunque también está el grupo, ya no nos podremos ver tan seguido todos juntos como antes

Tomo una de sus manos, tiene las uñas de un color bordó que le queda genial y combina muy bien con su cabello.

—Tú no eres así, siempre estás confiada con todo. A mi también me pone un poco triste que todo cambie, pero las cosas son así, ya no tenemos quince años  —digo mirandola a los ojos y puedo notar como casi rompe a llorar otra vez, está muy sensible.

—Tienes razón, cambiemos de tema —se ríe secándose el borde de los ojos antes de que las lágrimas caigan sobre sus mejillas.

Aunque Jacque se haga la dura muchas veces, sé muy bien que tiene su lado débil, en realidad todas las personas lo tienen pero ella es un caso aparte en cuanto a demostrarlo.

—¿Ya se lo contaste a tus padres?

Me atraganto con el batido. Me hizo acordar que esta tarde Thales irá a mi casa y lo más probable es que se lo digamos a mis padres.
Tal vez sea un poco apurado, pero ahora nos veremos mucho más seguido y lo mejor va a ser evitar las mil y una preguntas de mi madre

—Tal vez hoy —sonrío

(...)

Thales me dijo que quería que nos encontráramos en el lago. Así que ahora mismo estoy yendo hacía allí.

Me pone bastante nerviosa la idea de que mis padres lo sepan, a diferencia de que lo sepan los padres de él.

—¿Iremos a tu casa? —le pregunto luego de saludarnos con un corto beso— Me gustaría que tus padres se enteren primero

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