Cap 40: La pelirroja pesada

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Supongo que para ser un primer día no está nada mal. Bueno me estoy precipitando, recién estamos entrando y parecemos dos niñas en su primer año de secundaria.

Miramos a nuestro alrededor y vemos a toda la gente dispersa. Algunos en grupos, sentados, otros dando vueltas.

Por un momento nos quedamos paradas observando todo como si no supiéramos que hacer.
Me sorprende que Jacque ya no haya empezado a hablar, a criticar algo que no le gusta.

Cerca de nosotros, un grupo se ríe a carcajadas, son tres chicos y dos chicas. No pareciera que son de primer año.
Una pelirroja de voz aguda no para de hablar y gesticular exageradamente mientras suelta una risita también aguda.

Caminamos un poco más, aún tenemos un poco de tiempo antes de que comience la primera clase. Entre tanto, seguro nos quedemos dando vueltas.

—No entiendo como se puede tener tanto buen humor a estas horas de la mañana —me dice al alejarnos de ese grupo con su mejor cara. Nótese el sarcasmo.

Como está lleno de gente no tardamos en toparnos con otro grupito. Esta vez, sólo de chicos. Jacque mira detenidamente a uno en específico.

—Oye tú ya tienes a alguien, picarona—la codeo pero debo admitir que son muy guapos todos.

—Oh por Dios no puede ser

La cara de susto que tiene me preocupa, diría que está a punto de desmayarse.
Blanca como el papel me mira a los ojos.

—Es David ¿Oyes como lo llaman?

Ahogo una exclamación.

Es verdad, un chico del grupo lo acaba de llamar por su nombre. Es él, aunque muy cambiado.
Antes era escuálido, con brackets y el cabello más corto. Ahora está en forma, el cabello hacia arriba y hasta se podría decir que lo cambió bastante el rostro. Sí que le pegó la pubertad.

Jacque se pone el pelo en la cara y empieza a caminar rápido, yo la sigo.
De todas formas ella sigue igual que siempre, tarde o temprano la va a descubrir.

Quién diría que se iba a encontrar con su ex de secundaria aquí. Casi tres años después de que rompieron y él se cambió de colegio.
Me acuerdo lo mucho que sufrió Jacque, hasta que entabló un gran amistad con Abner, es decir, ya éramos amigos todos nosotros, pero ellos se volvieron íntimos.

Suena el timbre, lo que indica que tenemos que entrar a las aulas, me despido de mi amiga y me interno en los grandes pasillos.

No conozco a nadie aquí, en realidad Jacque tampoco, así que supongo que estaré sola todo el semestre porque tenemos horarios muy distintos y nunca vamos a coincidir con los almuerzos y descansos.

Entro en el salón correspondiente, taller de creación, podré sobrevivir.

Me siento en el primer pupitre que encuentro y fijo la vista al frente. Pero una mezcla de color naranja y rojo me distrae y volteo a la derecha para ver mejor.

Oh no, es la pelirroja pesada. Acaba de entrar.

Olvidé mencionar que tiene un flequillo recto, aunque lo lleva despeinado y que es sumamente diminuta. Lo que es súper gracioso sumándole que lleva dos rodetes.

Para mi mala suerte, se sienta en la fila de al lado, es decir que sólo tenemos un mini pasillo de por medio.

—Hola, soy Cindy Jones —se presenta sonriendo al notar que la estaba observando. Madre mía, habrá pensado que soy una acosadora.

—Jessa Trotwood —hago un gesto con la cabeza en forma de saludo.

—¿De dónde vienes? No pareces ser de por aquí

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