Cap 7 : ¿Te ibas a ir sin saludarme Cherry?

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Entramos a un coffee bar muy bonito que queda cerca del colegio.

Aaron me dijo que me vaya a sentar y que él hacía el pedido. Un capuccino para él y un milkshake de frutilla con un cupcake de chocolate para mí.

—Gracias por la invitación —le digo cuando se sienta enfrente mío dejando la pequeña bandeja sobre la mesa.

—De nada, me alegro que hayas aceptado —me dice sonriéndome.

Nos quedamos unos segundos en silencio, sin saber que decir.

—Te veías graciosa mientras dormías el otro día

Siento que me arden las mejillas. Aún recuerdo eso y siento vergüenza, seguro estaba con la boca abierta y el cabello en la cara.

—No te sientas apenada —me dice riéndose— , yo también me he quedado dormido varias veces en matemática —agrega sin dejar de reír.

Pero seguro que no te ha pasado que alguien te mire mientras lo haces —soy yo la que ríe esta vez.

Se pone rojo y enseguida me doy cuenta que me he pasado con lo que dije.

Aaron me parece muy tierno, es lindo sí, pero yo no lo veo de otra forma y espero que él no tenga otras intenciones conmigo. Lo digo porque nunca nadie me ha invitado a salir que no sean mis amigos y acepté porque me pareció buena idea, lo conozco hace años y me gustaría ser su amiga.

Tengo que conocer más gente, crear más vínculos y esta es una buena oportunidad. 

 Perdóname, he quedado como un acosador, no quiero que pienses mal de mí  me dice mirándome a los ojos con un tono de arrepentimiento.

 Puedes quedarte tranquilo, está todo bien  le digo sonriendo y noto su alivio.

Me he dado cuenta que somos muy parecidos y tenemos muchas cosas en común, me pone feliz conocer gente así.

(...)

Ruedo los ojos y me tiro de espaldas a la cama.

—Vamos Jess, sólo dime cual te parece más lindo

—Ya te he dicho que ambos

—Me has dicho lo mismo con los anteriores, todos no te pueden parecer lindos

—Agh, escoge cualquiera y vámonos

Elegir ropa con Jacque es una de las cosas más tediosas que existe. Yo también me tardo en escoger que ponerme pero ella me gana.

—¿Qué te parece este? —me dice parada en frente del espejo de mi habitación sosteniendo un vestido gris y corto.

—Me parece muy bonito, póntelo —le digo cansada.

Iremos al cine y ella escogió el vestido más ajustado e incómodo que existe que por cierto es mío.
Yo simplemente opté por una camiseta blanca con un saco gris, unos jeans negros y unas converse del mismo color que la camiseta.

Debo aclarar que no uso toda la cantidad de ropa que hay en mi vestidor, se me hace muy incómoda y llamativa. Solamente las uso en ocaciones especiales, pero sino este es uno de mis outfits más comunes. Por eso algunas de mis prendas las usa Jacque

Durante el trayecto le conté todo lo sucedido con Aaron el día de ayer. Se sorprendió muchísimo ante la soltura que demostré al hablar con él y  de no haber estado en un taxi hubiera gritado.

Nos sentamos en la fila del medio y yo estoy del lado del pasillo, mi único entretenimiento es ver las caras de concentración de las personas, incluso la de Jacque.

La película es más que aburrida, una de ciencia ficción, mi amiga me dijo que Abner se la recomendó y como según ella es un gran crítico de películas teníamos que venir a verla.

Me pongo a mirar mis redes sociales y veo las fotos graciosas que publica Louis junto a Abner, me río por lo bajo y desvío la mirada hacía la fila de la derecha. No ahora por favor.

Thales está sentado del lado del pasillo también, junto a un chico y no hay nadie más en su fila.

Siento nervios y miedo a la vez, ¿por qué me lo tengo que encontrar en todos lados? Me remuevo en mi asiento y me comienzan a sudar las manos.

Para salir de aquí voy a tener que pasar lo más inadvertida posible, no quiero que me vea, y para lograr eso no le tengo que decir a Jacque que Thales está al lado mío porque es escandalosa como ella misma.

La película está a punto de terminar y ya estoy preparada para salir corriendo de aquí, lo único que espero es que él no me haya visto.

Todos comienzan a aplaudir y me apresuro en tomar las palomitas y levantarme, Jacque también se levanta y me mira con el ceño fruncido, le susurro al oído lo que sucede y comenzamos a caminar rápido por los pequeños escalones del pasillo.

La luz apagada y mis cordones desatados no ayudaron mucho y en un segundo ya estaba en el suelo cubierta de palomitas de maíz, no sin antes dar un par de volteretas tratando de estabilizarme.

La gente comienza a murmurar y algunos se ríen.

Escucho una carcajada, me doy vuelta y veo a Thales parado frente a mí

—¿Te ibas a ir sin saludarme Cherry? —me dice tendiéndome su mano.

Lleva puesta una camiseta blanca de mangas cortas algo ajustada, unos jeans comunes y unas vans negras. Además tiene una barba de varios días y zarcillos en ambas orejas. Es un look completamente diferente.

Puedo ver que tiene tatuajes en sus dos musculosos brazos, me sorprende la cantidad. Nunca lo había visto con ropa informal y él a mi tampoco, por esta razón pensé que no me reconocería.

  — Puedo sola  — le digo mirándolo fijamente y me levanto rápido, me entra un mareo y Jacque me sostiene. No quiero parecer débil frente a él.

  — ¿Estás bien?  — me dice sosteniéndome los brazos.

  — Eso creo, salgamos de aquí  — digo sobándome la cabeza que comienza a dolerme.

Salimos de la sala y atrás nuestro viene Thales con el chico. Me da un beso en la mejilla y luego saluda a mi amiga

  — Él es Max, mi amigo — nos dice señalando al chico que a decir verdad es muy guapo. Este nos saluda del mismo modo que Thales y nosotras nos presentamos.

  — Nosotras... ya nos tenemos que ir  — digo dando varios pasos hacia atrás.

  — Si, pediré un taxi  — dice Jacque tomando su celular.

  — No, si quieren yo las llevo  — nos dice Thales antes de que mi amiga pueda marcar el número.

  — No, gracias, es que...

 — Si queremos, gracias Thales — me interrumpe Jacque dedicándome una sonrisa forzada.

La miro abriendo los ojos exageradamente y ella me mira de la misma manera.

  — Okey, entonces vamos — nos dice sacudiendo la llave de su auto.

Nos sentamos en el asiento trasero del BMW negro, Max se sienta junto a Thales, enciende la radio y ambos comienzan a hacer un intento de rap al ritmo de la canción.

Jacque y yo reímos.

El auto es muy bonito y lujoso. Mis padres me regalaran uno cuando me gradúe, pero la verdad es que lo quiero ya mismo.

—Dios Jess, es demasiado lindo —me dice Jacque susurrando y mirando a Max.

—Si, está bien bueno

—De hecho los dos lo están —me guiña un ojo.

Sé a lo que se refiere, me ha dicho que tengo que aprovechar cuando estoy con Thales, que tengo seducirlo y que hasta podría llegar a salir con él, que es guapo y me presta mucha atención.

En las dos últimas cosas tiene razón, pero no por eso voy a andar atrás de él, no quiero tener nada con nadie. Además  me lo tendré que aguantar cada vez que nuestros padres se reúnan, con eso me es suficiente.





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