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Esto es incómodo, mucho mas que incómodo y Hunter esta disfrutando de esto, lo sé, lo conozco, es un jodido hijo de puta que es feliz a costa de mi desgracia

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Esto es incómodo, mucho mas que incómodo y Hunter esta disfrutando de esto, lo sé, lo conozco, es un jodido hijo de puta que es feliz a costa de mi desgracia. Tengo dos pares de ojos puestos en mi y yo solo estoy mirando por la ventana rascando mi nuca.

Él realmente se ve muy bien, más que bien y me cuesta mucho control no estar mirándolo y el hecho de que se encuentra sentado frente a mi no me ayuda en nada, muerdo mi labios y suelto un suspiro, esto no me ayudo nada, la ultima vez que lo vi dije que no volvería a pensar en él, lo sé algo estúpido solo nos dimos un beso y estoy dándole mil vueltas a eso, yo no soy así y no lo voy a ser.

—¿Vamos a comer algo? —pregunto fijando mi vista en Hunter. — estoy por auto digerir mi estomago.

  —Claro que sí, Leigth Anne.  — se burla levantando ambas cejas haciendo una señal hacía Mason.

  —Vete a la mierda. — ruedo los ojos levantándome mostrando le el dedo del medio.— voy por algo que comer.  —informo cuando los ojos negros de Mason llegan hasta los míos. 

No espero respuesta, no lo hago. Hunter suele ser un imbécil cuando quiere y es  pervertido todo el tiempo y estoy segura de lo que trata de hacer es ver qué es lo que pasa con el pelinegro y yo, recargo mi cuerpo en el mostrador tocando la pequeña campanilla que está  sobre esta el lugar no es el mas sofisticado ni guay de la cuidad pero servia  la mejor comida que he probado y si Kate era una amiga de Hunter (una especial) y era el único lugar en donde la apariencia de motoristas no incomodaba a nadie, jugué con la diademada de mi collar pidiendo la comida (una super gigante pizza) para volver de nuevo junto a ellos y sentarme sin encontrarme con Hunter en la mesa. Maldito hijo de puta.

Mason... su nombre sonaba muy bien en mis labios, él sonaba bien en los labios de cualquier chica, él era de esos chicos con él cual tienes la fantasía de encontrarlo que se enamorara de ti y poder cambiarlo pero eso sonaba muy cliché o pasado de moda. Yo lo  sabía bien, la gente no cambiaba si lo hacía solo fingía hacerlo por un tiempo determinado para luego volver a demostrar su naturaleza y cuando se trataban de hombres con el estilo de vida de ellos el porcentaje a que eso pasara era mas que nulo, imposible, inexistente y luego estaban las chicas como yo que nunca esperaba nada de nadie y que pensaba que cuando alguien me gustara (porque si Mason me gustaba) esperaba que me gustara alguien normal, es decir una persona no tan complicada como lo eran los chicos de mi padre.

  — ¿Y Hunter?  — pregunto juntando mis manos sobre la mesa mirando fijamente al chico.

  — Junto a Kate.  — su voz sale gruesa y amarga, es la primera vez que lo escucho hablar.— esta follándose a Kate. — replica y yo solo me encoge de hombros rodando los ojos debo dejar de hacer eso.

  — ¡Que raro!  — exclamo con sarcasmo volviendo a quedarnos en un silencio incomodo al menos para mi.

  — ¿Se conocen de  hace mucho?  —preguntan luego de un rato y yo no puedo evitar sonreír.

  —Sí, hace bastante. — asiento sabiendo que a Hunter no le gusta que nadie sepa de donde nos conocemos y antes de que él vuelva a hablar lo interrumpo. — No. No me acosté con él.

  — No pensé eso.—él sonríe y veo sus hombros relajarse. —no creo que Hunter sea del tipo que mantenga una amistad con una de sus ex conquistas. 

  — Usar y tirar lo sé. —bufo con desagrado.—él no es el tipo de mantener nada.

Pasamos un rato hablando de cosas tribales y es así como me entero que es hijos del capitán de ruta de mi padre y que es un jodido egocéntrico, que ama su motocicleta y que es uno mas de la lista de hombres sin compromiso aunque no me desagrada saber eso, lo único malo es que durante todo este tiempo lo único que quiero es volver a besarle o que me bese y eso no esta bien. Cuando llega la comida, el ríe haciendo un chiste de que pensaba que comería algo así como las niñas pijas de papi.

  — ¿Te das cuenta que mi padre es Declan Jones? — pregunto tomando un pedazo de pizza.

  — ¿Qué tiene que ver eso? — él me imita pero sin despegar la vista de mi.

  — relamo mis labios sosteniendo su mirada. — Desde que yo recuerdo él me trato como a uno mas de sus chicos omitiendo obviamente la parte de los gritos, el maltrato y los golpes no puedo ser una niña pija cuando me crié como un motociclista.



  —  No tienes nada de motociclista, solo lo dices para impresionar.—ladea una sonrisa y yo hago todo lo posible para no rodar los ojos.

  —No creo que sea necesario impresionarte.— ataco mostrando le una radiante sonrisa.

 — ¿Por qué no? — pregunta limpiando sus dedos con una servilleta. 

  — No hace falta.  — me encojo de hombros.— ¿O lo negaras? 

  — No, no lo niego.  — admite y me toma de sorpresa.— me he estado controlando para no tirarme desde que has salido de la universidad sobre ti y besarte hasta que te duelan los labios.

 —Intento permanecer normal como si lo que él acababa de decir no hubiera hecho estragos en mi  y con la dosis de de adrenalina que se ha inyectado en mi sangre me atrevo a preguntar desafiándolo con la mirada.—   ¿Y por qué no lo has hecho?

Veo sus pupilas dilatarse y sonreír  fanfarronamente haciéndome perder cada pensamiento coherente que había tenido toda la semana acerca de esto y sin darme cuenta me encuentro levantándome, con el corazón palpitando mas de la cuenta acercándome a él tomándolo de la nuca sin permiso como él lo había hecho esa noche y unir nuestros labios en un maldito beso, rozando lentamente nuestros labios haciéndolo reaccionar sintiendo una de su manos en mi cintura para luego acercarme a el haciéndome quedar sobre su regazo profundizando el beso, sintiendo el sabor agridulce mezclados con la pizza, rodeando su cuello con mis brazos dándole rienda suelta a esto escuchando como alguien carraspeaba.

 — ¿Qué carajos es esto, Leigth Anne?— escucho aquella voz haciéndome soltar un maldición desde mi ser dejando mi frente apoyada a la de él,  sintiendo sus manos sujetarme con mas fuerza impidiendo que me moviera de su regazo.—   

On two wheelsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora