Declan Jones tiene varios problemas mentales y entre ellos estaba qué detestaba que trataramos a las mujeres como objetos sexuales y su maldito caracter sobreprotector y créanme no era nada bueno mezclar esas dos cosas juntas, pero yo había puesto m...
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"También me gustas" quería decírselo, sin embargo, me mordí la lengua y sonreí de lado como si lo que me hubiera dicho solo era un secreto entre los dos. Y probablemente así lo era, esto solo era entre Mason y yo.
— Lo siento, esto de vivir con Jeremy y con el bastardo ese me tiene desquiciada. —me acerqué a pasos lentos a él rodeando su cuello con mis brazos sonriéndole. La bipolaridad me estaba consumiendo—.
— Realmente no me importa—. Rodeó mi cintura con sus brazos y mi pulso empezó a acelerarse él es demasiado lindo para ser verdad—. Quiero besarte, —rozó nuestros labios provocándome a entre abrir los míos labios susurrando sobre estos— me corrijo, voy a besarte.
Y fue así que lo hizo y no me importo que lo hiciera en realidad estaba tan ansiosa desde que lo vi, el beso fue lento rozando sus labios con los míos dando pequeños mordiscos a mis labios tomándome de la nuca para aferrarse más a mí, mis manos subieron a su nuca metiendo mis dedos entre la mata de su cabello, aumentando la intensidad del beso aferrándonos uno al otro como si fuera que alguno de los dos se alejaría del otro. Y por más sensato que fuera eso yo no lo iba a hacer. Lo único que logró separarnos además de la falta del aire fue el ruido de los tubos de escape que se aproximaban, siempre tenía que haber algo o alguien que nos interrumpiera y aunque en esos momentos estaba tan a gusto en sus brazos, tomando una larga inhalación de su perfume y dándome cuenta que tal vez esas motocicletas que ahora mismo nos estaban rodeando, di un respingo ¡Podía ser Declan! Y si era él los dos estaríamos en serios problemas. Automáticamente quise separarme de Mason y sus brazos tornándose más fuertes a mi alrededor no me lo permitieron —Masón —. Gruño sobre su pecho dándole a entender que quería separarme de él. Ya tenía suficiente con todas las cosas que últimamente me rondaban y tener a un Declan desquiciado sobre nosotros no sería nada relajado, pero no se apartó y podría jurar que me apretaba más contra él. Podía escuchar el sonido de las botas pesadas caer sobre la tierra hasta podía visualizar esos pies arrastrados por el suelo levantando una capa de polvo, seguíamos en el estacionamiento que hasta hace poco estaba vacío.
—Pero miren a quién tenemos aquí... — la voz era gruesa y podía percibir el sarcasmo—. Nada menos que a uno de los perritos falderos de Grants ¿Y su perra?
Mason tenso su cuerpo, joder estos no eran ni Declan ni nadie del club, mis manos acariciaron la espalda de Mason mientras le suplicaba en susurro que no perdiera el control por los dos. Aunque no podía ver aseguraba que ellos eran más de cinco hombres, Mason no tendría posibilidad de no salir medio muerto de esto.
—Esperen... ¿No es la sabrosura de la hija de Grants? —preguntó otra voz ¿Por qué ellos estaban sabiendo que yo era hija de Declan?
— Vete a la mierda. — escupió con odio Mason—.
—Vamos, amorcito no te sulfures cuando te tengamos con nosotros sabrás lo que es tener un buen amante—. Era la primera voz que había hablado— porque tienes que decirle a Grants que su hija va a venir con nosotros muy pronto.
Me sujete mucho más fuerte a Mason cuando esté estaba por saltar sobre ellos y un par de desagradables palabras más de los moteros y siguieron su camino para entrar al bar. Me empuje lejos de Mason para mirarlo.
— Mason, ¿qué fue esto? —pregunté tan rápido antes de que hablará.
—Debemos ir junto a Declan. — fue lo único que dijo mirándome fijamente.
Estaba apuntó de reclamarle, gritarle y hasta golpearlo no podía seguir sin saber que era lo que pasaba no era ninguna estúpida y podía sumar dos más dos para darme cuenta que había un problema que me involucraba y nadie intentaba comunicarme de eso. Mi celular sonó y lo saqué de mi bolsillo trasero para ver el nombre de Jess brillar en la pantalla, deslizando mi pulgar sobre este le atendí.
—¡Dios donde estás! — sonaba desesperada y asustada hablando sin pausa—. No me contestes solo escucha, unos moteros vinieron aquí destrozaron mi decoración buscandote ¡Te buscaban a ti! Y no creo que sea para darte dulces, Anne ¿En que estas metida, amiga?
Miré a Mason que escuchaba atento esto podía escucharlo bastante bien Jess estaba gritando y yo ni siquiera podía articular ninguna palabra ¿En qué carajos me metió Declan Jones? Porque yo estaba segura que un club de motociclista no me estaría buscando solo para entablar una conversación amistosa conmigo ¿En qué carajos me metí?
