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Joel soltó un suspiro al acercarse a la mesa donde estaban sus amigos conversando, se veían más entretenidos en su conversación que en otras ocasiones, por lo que pensó al instante que estaban tocando un tema de interés para todos, probablemente no para él.

Estaba en la cafetería llena de estudiantes de todos los grados, cosa que lo puso ansioso por llegar a un lugar donde se sintiera seguro. Pero en cambio estaba a unos cuantos pasos de aquella mesa, con su lugar habitual esperándole como todos los días; pensó en darse media vuelta y desayunar en el pasillo, donde ya no había tantas personas y podría comer en paz, sin compañía. Pudo lograrlo, aún no lo notaban sus amigos, si daba vuelta justo en la mesa donde estaban sentadas cuatro chicas de su clase podría pasar sin que le prestaran atención y saldría libremente al pasillo que conectaba con la sala de maestros, el cual era aún mejor que los otros pasillos porque era donde menos estudiantes había con intención de no toparse con los profesores, ahí estaba la oportunidad. Cuando estuvo a punto de llevar a cabo su plan, recordó que le había dicho a Erick que volvería a comer en la mesa el lunes, ¡y sorpresa! Ya era lunes, ya era hora del almuerzo y ya estaba casi en la mesa donde llevaba sentándose más de año y medio con sus cuatro mejores amigos, sin ganas de sentarse, realmente. Su promesa cambió de forma total su plan de escape, podía hacer muchas cosas de las cuales él se arrepentiría más tarde, pero nunca faltar a su palabra o fallarle a su amigo, y esas dos cosas se fusionaron en su contra por esa vez.

—¡Pero si por fin aparece! —gritó Richard desde su silla cuando vio a su amigo a unos metros de distancia.

Prefería que no lo voltearan a ver, pero eso ya era demasiado por pedirle a la vida.

Se forzó a sí mismo a sonreírles amablemente a cada uno de sus amigos conforme más pasos daba, haciendo todo lo posible porque no se dieran cuenta que estaba odiándose por no ser capaz de haberse escondido desde un principio cuando sonó la campana, ni tampoco porque notaran su incomodidad cuando tomó asiento entre Zabdiel y Erick, quienes lo recibieron con sonrisas.

—Pensamos que no volverías a sentarte por aquí, nos abandonaste un buen tiempo.

Zabdiel tuvo en parte razón y en parte no con su comentario: todos sabían y esperaban que tarde o temprano Joel dejara su actitud tan apática con ellos y volviera al almuerzo con ellos, ya después sería que volviera a hablarles como normalmente lo hacía; pero donde falló fue cuando dijo que los abandonó un buen tiempo. Joel no consideró mucho tiempo esconderse dos semanas en la biblioteca para evitar verlos en los almuerzos donde los cinco se sentaban a hablar de cualquier tontería para matar el tiempo, o para evitarlos durante clases con la excusa de que debía salvar el semestre, aunque este a penas empezara y él nunca fallara en clases, aunque si consideraba que hacía ya tiempo, un mes y medio o más, dejó de ir a las casas de sus amigos por las tardes como lo hacían ciertos días a la semana con mucha frecuencia, así como su casa no volvió a ser el punto de reunión en ese tiempo; seguro lo solucionarían luego y se reunirían ahí, a ellos les encantaba pasar tiempo en su casa, más de lo que a él le gustaba.

Joel decidió prestar su atención solo a su comida, era la única alternativa para pasar el almuerzo sin involucrarse tanto con sus compañeros de mesa y que le hicieran preguntas, simplemente era la idea perfecta para no participar en la conversación en lo absoluto. Sintió desde el momento en que accedió a volver a sentarse que ya no pertenecía a ese espacio, que las conversaciones no necesitaban de su vaga opinión, que ellos ya no eran tanto sus amigos como los consideró antes. Y estaba bien con que ninguno se diera cuenta que los estaba bloqueando de invitarlo a la conversación.

O eso pudo aplicar para tres de ellos, más no para Christopher, quien lo observaba con detenimiento cada que podía sin que fuese algo demasiado obvio para los demás, Joel no se daría cuenta porque la manzana en su bandeja, los macarrones con queso y la botella de agua requerían toda su atención posible. Christopher nunca quiso sacar al tema con sus amigos que algo andaba mal con Joel, principalmente porque él nunca les hizo ver que algo estuviera mal en su vida más allá de su cambio de actitud, entonces ahí el problema solo sería con ellos y el hacerlos pensar eso sería algo que los llevaría contra Joel y no quería eso. Había algo más allá, algo que no les estaba diciendo.

—Joel... —dijo suavemente Chris, sobre las voces de sus amigos, con intención de que este lo escuchara. Sonrió cuando se ganó la atención del menor, sin inmutar a los demás— ¿Puedes acompañarme por agua?

—Pero todavía tienes ahí. —Y rayos, tenía razón.

Suspirando por la poca accesibilidad de Joel, lanzó la botella lejos de la mesa, resbalando por todo el piso libre que estaba en la cafetería hasta terminar a un lado de un bote de basura.

—Ya no está.

Joel sonrió de lado ante la tontería que su amigo había hecho, en el fondo sabía que eso significaba algo y no quería creer que era que buscaba hablar con él sobre su comportamiento en las últimas semanas, pero el presentimiento estaba ahí y no parecía querer irse.

Ambos se levantaron de sus lugares, llamando la atención de los otros tres, quienes les preguntaron a donde iban. Christopher respondió que por agua, que no tardarían mucho. Comenzaron a caminar juntos por la cafetería, tendrían que atravesarla toda por una maldita botella de agua que Chris ya tenía en sus manos y decidió lanzarla lejos.

—Sé que quieres hablar conmigo —dijo Joel con tono neutral, no demostró estar de acuerdo pero tampoco que le molestara—. Si es sobre los últimos días...

—Quería invitarte a mi casa hoy. Tú sabes, pizza... videojuegos, la molesta de Nath exigiendo que veamos Barbie...

—¿Por que? —preguntó Joel extrañado, estaban cerca de la barra donde pedirían el agua.

—Erick, Richard y Zabdiel quieren salir hoy, yo tengo ganas de quedarme en casa, pero sabes que...

—Detestas estar solo —completó Joel rodando los ojos. Ambos sonrieron, porque si, era totalmente cierto. —Lo pensaré, tengo tarea de, uhh, biología.

—¡Ahí te atrapé en la mentira! No llevas esa materia.

Maldijo internamente el que sus amigos supieran sus horarios, más Christopher, que podía usarlo en su contra.

—Bien, iré esta tarde.

—Genial, era solo eso. —Sonrió de la misma forma cálida de siempre, mostrando todos sus dientes y achicando un poco sus ojos, Joel se preguntó si nunca se cansaba de sonreír así.

Aunque una parte de él, muy en el fondo de las cosas que tal vez nunca aceptaría en voz alta, le encantaba ver a Christopher siempre sonriendo; había algo de esperanza en aquella sonrisa que le hacía pensar que no todo en el mundo era malo.

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Bueno, este es mi primer fanfic, y espero que les guste.
Quiero decirles que me gusta mucho Joel y Christopher y todo surgió porque hubo mucha interacción entre ellos  ahre me lo imaginé todo bien lindo. Me haría muy feliz si votan o comentan, graciasssss.

Carry You. [JoChris] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora