5.

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Las cosas no cambiaron para nada después de haber visitado a Chris días atrás, tampoco esperaba que lo hicieran, no pasó nada significativo como para hacer que las cosas fluyeran de manera diferente.

De hecho, ni siquiera había tenido el tiempo suficiente para mantener una conversación fluida por más de cinco minutos, pues él estaba comenzando con trámites para la admisión de universidades y eso tomaba mucho tiempo, tanto para él como para Richard y Zabdiel; los tres estaban volviéndose locos por eso que no prestaban atención a nada. Se desgastaban tanto considerando opciones, pasando crisis y demás que no se daban cuenta que el semestre recién comenzaba. Con Erick preferimos observarlos de lejos, teníamos en cuenta que días serían estresantes y cuales tendrían libres, por lo que les dimos su espacio.

Durante los almuerzos, nos sentábamos uno al lado del otro frente a los otros tres, quienes no dejaban de plantearse la idea de la universidad en cada bocado que tomaban. A veces nos veían con molestia porque éramos capaces de comer con tranquilidad.

—¿Cuándo es su examen? —pregunté interesado cuando vi que tenían papeles referentes a eso en sus manos.

Richard fue el único que me prestó atención cuando retiró su vista de los papeles, los hizo a un lado y me miró cansado.

—Es en abril.

Estábamos en febrero, ¿tan malo era todo el proceso?

—Odio que saquen las solicitudes al examen en febrero y lo hagan dos meses después —se quejó Christopher extendiendo su mano a mi bandeja para tomar una de mis fresas.

—Hey, era mía —dije intentando sonar molesto.

—Lo siento, ¿la quieres de vuelta? —preguntó con media fresa ya en su boca.

Y no fue por ser grosero, o porque me pareciera desagradable, pero preferí no tenerla de vuelta.

—Toda tuya...

Sonrió victorioso después de eso, me guiñó rápidamente y se dio media vuelta para preguntarle algo a unas chicas de su aula, quienes eran sus compañeras de clase y se sentaban en la mesa contigua. 

No quería aceptarlo, pero me sentí extraño al ver como abrazaba amistosamente a una de las chicas mientras reían todos por un comentario de la otra. Si, era algo extraño en mi y no quería calificarlo como celos, mas no sabía como expresarlo de una forma que no hiciera notar que, efectivamente, era lo más acertado.

Quise comprender en ese específico momento que estaba pasando conmigo que me hiciera sentir de esa forma. Me sentía miserable, demasiado; sabía que no había situación válida en este mundo que me hiciera tener algo como eso con Christopher. Lo que más me inquietaba era resolver mi mayor duda: ¿por qué sentía necesidad de que él me abrazara?

/•••/

—¿Estás bien? —preguntó Erick.

Fruncí el ceño ante su pregunta, por supuesto que estaba bien. Aunque me desconcertó darme cuenta de que estábamos en casa de Zabdiel, lo sabía porque reconocía hasta el techo de la sala de estar como si fuera la mía, también la comodidad del sofá donde estaba era característica de él, pero estaba seguro de que solo recordaba estar tomando una siesta en mi clase de estadística, después saludar a Erick que estaba en mi aula y volver a dormir. En ningún momento me desperté para llegar a casa de Zabdiel por mi mismo. Consideré la opción de que era un sueño. Además de que aún me faltaban tres clases para finalizar el día.

Pero ver a mi mejor amigo enfrente de mi con evidente preocupación me decía que, a menos de que un terrible monstruo saliera detrás de él, no era un sueño.

Carry You. [JoChris] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora