23.

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Regresé a casa derrotado, estaba sintiendo que cada paso caminando lejos de la casa de Giselle era lo que terminaba de alejarnos. No puedo negar que me sentí fatal.

A veces era molesta, egoísta y un poco pegajosa, pero todo era parte de ella y se opacaba por su hermosa personalidad. Aunque hubo momentos en los que no llegué a considerarla como mi mejor amiga, siempre supe que lo era. O eso creí.

Creí que nuestro vinculo era más fuerte que una discusión el día de su cumpleaños. Y, como siempre, creí mal.

Cuando llegué a casa, las luces estaban apagadas. Gabe estaría en casa de mi padre el resto de la semana, mi mamá seguramente todavía no se pasaba por ahí y yo no tenía llaves. Suspiré y me senté en mi patio, mirando las bolsas en mi mano.

El pastel favorito de Giselle, las estampas, el collar.

Sin pensarlo dos veces, saqué el collar y lo tomé entre mis manos. En otras circunstancias, a Giselle le habría encantado recibir ese collar. Era una luna, a ella le fascinaba admirar la luna.

—¿Afuera otra vez?

Levanté la vista, era Christopher.

Sólo asentí, no podía prestarle atención porque volví la vista al collar. Él se sentó a mi lado.

—Perdí mis llaves.

—Entiendo... —murmuró y revisó las cosas que estaban frente a mi—. Tienes apariencia de alguien que se acaba de declarar y fue rechazado, pero ¡hey! yo no he rechazado nada. ¿Algo que quieras decirme?

—No estoy para bromas, Chris.

—¿Pasó algo?

Mordí mi labio con fuerza, ¿pasaría algo si le contaba a Chris? No importaba. Giselle no podría dejar de hablarme otra vez.

—Giselle... Creo que me odia.

—¿Qué cosas dices? ¡Si es tu mejor amiga!

—Hoy es su cumpleaños —susurré jugando con el dije del collar—. Fui a verla, ella... Ella no me quería ver ahí, no me contempló para visitarla como otros años. No quiso aceptar mis regalos, y, y... Me siento mal.

—¿Qué tienes ahí?

—Solo su pastel favorito —dije colocando el pastel en mi regazo—. Y unas bobas estampas que creí que... Nos encantaban estas cosas, ¿sabes? A ambos nos encanta Ed Sheeran, era un álbum de estampas que sacaron años atrás. Giselle me convenció de comprarlo, lo hice porque no son en sí fotos de Ed.

—¿Entonces qué es?

—Canciones. Cada página es una canción, las estampas contienen fragmentos que van formándola —susupiré lanzando lejos las estampas—. De nada sirven ahora, creo que no somos amigos.

—Esto.... ¿esto es por mi culpa?

—¿Qué? —lo miré sorprendido—. ¡No! Por supuesto que no, es conmigo, es por mi. Quizás debí ser más sincero con ella, tenerle la confianza que se había ganado, algo que se me hizo muy complicado.

—Entonces se pueden arreglar. ¡Vamos mañana a ver...! Si, no es muy buena idea. Por mensajes es más fácil, no la ves a la cara y es más fácil expresarte.

—No sé si deba.

—Pues deberías, no dejes perder una amistad así como así, Joel. Hoy en la madrugada le mandaras un mensaje así te bloquee de WhatsApp.

—¿Por qué hasta la madrugada? 

—Porque esta noche tienes planes conmigo —anunció levantándose—, vamos, toma mi mano. Y trae el pastel, ese no se puede desperdiciar.

Carry You. [JoChris] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora