Wildest Dreams [Delena]

39. Primer dia de instituto - Parte Uno

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Capítulo treinta y nueve.

Narra Elena.

Primer día de instituto.

Me levante radiante. Dormir con Damon era algo nuevo, no puedo decir que no paso nada... tampoco quiero recordarlo porque se me pinta el rostro de todos los colores existentes.

Menos mal mi abuela no escucha nada... tener de novio a un sobrenatural tiene sus ventajas. Damon duerme aún plácido en mi cama, la colcha le llegaba más arriba de su boca,  su pelo despeinado tapa su ojo derecho. Tiene barba de hace dos días y lo hace ver... sexy.

Oh, cierto. El instituto.

Me bañe en menos de un cuarto de hora y me visto rápido antes de que el despierte. Ropa comoda y sencilla, ni maquillaje y opte por una coleta de caballo. Miró  rápidamente  el espejo y me sonrojo al verlo detrás de mi sonriendo.

-¿ya te vas? -ronronea.

-Si. Tengo que producir por mi misma. -le besó  la mejilla y lo dejó  desconcertado.

Me encantan sus ojos azules.

-¿No hay beso?

-No hay beso. -le aseguró riendome.

-¿porque? -reprocha mientras se acerca con malicia. -más te vale que me des un buen beso de despedida Elena... si no, te arrepentiras de muchas cosas. Como de no poder haber asistido a tu primer día de instituto. -me guiño el ojo y queda en frente mio. Se acercaba más y más.

-¿Mini-besito? -chantajeo. Me levanto una ceja y cuando quedaban tan solo milímetros... desaparece instantáneamente.

-Buenos días cariño. -entro mi abuela saludando radiante. No  golpeo ni nada. Tampoco la había sentido. -¿como amaneces? ¿preparada? -me sonrió.

-Claro abue. -me relaje  sabiendo que ella me salvo de mi demonio.

-Te espero en cinco minutos. Tu desayuno se enfriara. -asiento y cuando sale hago todo más rápido para  no volverme a topar con él.

Al llegar al instituto Matt me saluda radiante.

-Buenos dias Gilbert. -besa mi mejilla y me salé  instantáneamente rubor.

-Matt. -le sonreí de vuelta.

-¿Nervios? -pregunta. -Claro que nervios, estas que te muerdes el cabello. -Matt me conoce bastante bien desde niña. -Descuida, si quieres no te dejo sola. -¿me sono a, coqueteo?

-Gracias Matt. -le sonreí algo torcido. En cualquier lugar ha de estar mirando Damon y no quiero que piense mal. -Ire por mi horario. Nos vemos en la siguiente clase.

-¿Gustas que te acompañe? -me sonríe pícaro.

Señor, no ahora.

-Descuida. No quiero que llegues tarde. -y con eso me voy rápido sin darle tiempo de responderme. Me carcajee de pensarlo mientras llegaba a coordinación.

Una señora de gajas oscuras y piel manchada me tendio el horario de mala gana. Tan solo di mis gracias y me fui a química. Mi hermosa materia favorita.

Mientras miraba salón por salón, y preguntaba como una tonta que clase era, pude llegar rápido y sentarme en la parte trasera.

Mi celular vibro en el instante que el maestro entro a clase.

"Ten mucho cuidado con las personas que te rodean."
D.

Mire al frente desconcertada. ¿Porque Damon me decía esto.?

-Buenos dias estudiantes. Soy Alaric Saltzman. Estaré con ustedes dando química. Espero un buen aporte de parte de ustedes y claro tendran uno bueno de parte mió. Haremos lo posible para que éste sea un gran año. -Mi profesor daba cierta calidez con sus palabras. Y siendo mi materia preferida...

Otro texto.

"Cuidado con el profesor."
D.

Le respondi.

"¿Algun problema con un ser humano, Damon?"

"Para nada. Ten cuidado."

Sus mensajes me sacaron de juicio. Decidí dejar en silencio y concentrarme. Necesitaba buenas calificaciones.

En un descanso, logré salir al patio exterior. Me senté debajo de un arbol y admire las nubes.

-Mira quien esta aquí. -me saludo una voz que a pesar de que lo conocía poco, sabía quien era.

Abro los ojos y me encuentro  con su mirada y sonrisa burlona.

-¿Necesitas algo? -inquiri con respeto.

-Siempre tan respetuosa, Gilbert. -hizo un ademan para sentarse. -Tan solo quiero hablar. Seguir como tu viendo las nubes, pasando un buen rato.

-Por favor. Apuesto a que tu ya viste las nubes y mucho mejor que esto. -señale el pasto donde estaba recostada. -¿no tienes nada mejor que hacer? -el nego.

-Quince minutos... luego me voy. -sonríe.

-¿y que haremos en esos quince minutos? -le pregunté de mala gana.

-Tu decides. -sonríe y por fin vi algo sincero en esa sonrisa.

-Bien. -revolotee los ojos hacía otro lado. -Siéntate Zac. -Demande.

Editado/ Marzo 19/ 2018