♡TERMINADA♡
Lo único que quería, era que fuese mi ángel, en vez de ser mi demonio del cual estaba perdidamente enamorada. - Elena Gilbert.
💫💫💫
Está rotundamente prohibido copia, adaptaciones, traducción, reejemplar, ediciones etc.
Todos los dere...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Gracias por leer, no se te olvide votar, te lo agradezco mucho.★
¡Booktrailer Arriba!
Capítulo uno.
—Si mamá. Ya llegue. — Comento la castaña mientras bajaba sus maletas del taxi. Pagó al señor él dinero de la carrera y continuó. —La abuela no demora en recogerme. Si descuida, ajá lo tendré en cuenta. Si traje bloqueador solar, mamá, mamá, ¡mamá! Solo sera por él verano. Relajate. Si, si, te amo. Adiós. —Colgó al fin y se sentó en una banca a esperar. Las aves cantaban, él sol destilaba sus últimos rayos, eran aproximadamente las cinco y media de la tarde, en poco tiempo solo reinara la luz nocturna. Un auto color azul claro freno delante de la acera, Elena reconoció él auto y tomo sus maletas para llegar a él. Abrió la cajuela y las introdujo, cerró y se sentó en él puesto del copiloto.
—Hola, abuela. —Dijo Elena sonriente mientras besaba la mejilla de la señora de edad. Sus arrugas se sentían mas vividas, Elena sabia que ya no era la misma mujer que se desplazaba de un lado a otro sin quejarse, estaba un poco mas vieja, pero aun así ella no perdía su estilo.
—¡Elena, cariño! —Dijo Evangeline sonriente, causando así que unos hoyuelos se le hicieran en sus remarcadas mejillas. — ¿Como te fue en él viaje? —Pregunto.
—Bien, ya sabes, dormí en él avión, tomé él taxi y mi mamá me sofocó con su llamada histérica. No soporta tenerme lejos de ella. —Dijo la castaña mientras se colocaba él cinturón de seguridad, su abuela entendía perfectamente, pero ya no era culpa de ellas dos, su madre tenia que viajar en verano, no podría estarse con Elena, y tampoco la quería dejar sola, por eso la mando donde su amada abuela, en Mystic Falls.
—Solo sera por estas vacaciones. No entiendo porque desconfía tanto, cariño.— Dijo su abuela acariciando la mejilla de la castaña. Luego tomó manos al volante y condujo hasta su casa, unos kilómetros después, Elena se encontraba acomodando su equipaje en su recámara.
—¿Necesitas algo más? —Preguntó su abuela posada en la puerta.
—No. —Contesto amablemente Elena.
—Bueno, la cena estará a las ocho. Te esperó puntual en él comedor. —Dicho esto, Evangeline salió dejando la puerta cerrada, Elena empezó a desempacar, guardar ropa, acomodar su oso de peluche encima de la cama, poner uno que otro cuadro de fotos encima de su mesa de noche, dejo su diario encima del escritorio color marrón, y busco por todos lados un lapicero para escribir en él.
—Maldición. —Refutó ella. —Deje mi lapicero negro. —Se levantó de la silla dejando su diario en él escritorio, salio del cuarto y bajo a la primera planta. Su abuela cocinaba, Evangeline escuchó los pasos indecisos de Elena, y volteo a mirarla con él cucharón de madera en su mano.
—¿Necesitas algo, cariño?
—Deje mi lapicero negro... ¿De casualidad tú tienes uno, abuela?—Preguntó tímida.
—Si, ve a mi cuarto, en él primer cajón de mí mesa de noche. —Le dijo Evangeline mientras volvía a la cena.
Elena subió a la segunda planta, camino él pasillo y entro en él primer cuarto. Encendió la luz y se quedo contemplado las fotografías que colgaban al rebedor de la misma. La mayoría aparecía Elena, Rose la madre de Elena y Evangeline, en otras solo aparecía Elena, y otras Rose. Su abuela no tenia a nadie más si no a ellas. No tenía un amor o algo relacionado. Tampoco más familia. Ellas dos era lo único que le quedaban a Evangeline.
Elena busco y encontró una carta cellada. Decía unas palabras al inicio. Paramibellodemonio. Elena la miro curiosa, sera que la abuela si tenia alguien al fin y al cabo. Tal vez lo sabría en estas semanas que se quedaría con ella. Tomo él lapicero negro y apago la luz. Cerro la puerta y llegó a su cuarto. Se sentó nuevamente en la silla de color negro y comenzó a escribir en su diario.