El café del: Primer dia

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Tweek! otro capuccino! —Gritó Kyle desde la caja registradora.

Ah! S-sale un capuccino! —Respondió Tweek alegremente.

Asi eran los dias del rubio. Desde que dejo la escuela por problemas sociales consiguió trabajo en una cafetería que a la postre se convertiría en su negocio personal.

El café pasó de ser un simple interés a ser la vida de Tweek en sí. Cada día, cada momento era dedicado al café, lo que mas le interesaba, lo que mejor se le daba al rubio.

La adicción al café por parte del rubio lo llevo a experimentar con diferentes tipos de grano marron. Cada dia Tweek intentaba crear un café que lograra superar al anterior, y asi sucesivamente.

La cafetería se habia convertido en un éxito comercial. La gente de South Park empezó a ir con mas frecuencia, haciendo que lo que empezó como una simple cafetería, se convirtiera en algo mas grande. La popularidad aumentó tanto que llegó al punto que la demanda era inmensa.

Tweek no trabajaba solo, necesitaba de gente a su servicio. Después del incremento de clientes necesitó mas ayuda, y quien mejor que sus viejos amigos, Kyle, Clyde y Butters. Los cinco se encargaban de administrar el negocio, cada uno desde el puesto que mas los favoreciera.

Tweek y Butters en la cocina, el mayor se encargaba de la producción de café, mientras que el chico Leopold hacia los postres acompañantes.

Kyle era el encargado de atender los clientes, tomar la orden y entregarlas al genio del lugar.

Por ultimo Clyde, el encargado de la limpieza y el orden del sitio, algo muy importante para dejar una buena imagen del Café Tweek.

Así es como el negocio surgió. Un grupo de amigos levantó un simple pasatiempo y lo convirtió en una fabrica de dinero.

Cada dia mas y mas clientes llegaban encantados a probar los postres del chico Butters y el café del maestro Tweek. Los clientes los degustaban y la crítica los aclamaba, todo parecía una historia cuyo final previo habia sido el típico "Final Feliz"

Pero... Siempre habra una meta que superar.

Efectivamente esa meta a superar entro un sabado por la puerta principal.

Gorro azul con pompón amarillo, abrigo azul oscuro y unos jeans negros. La apariencia del chico daba a indicar su seriedad y soberbia actitud. Sus ojos azules tan penetrantes y serios, su expresión de seriedad y aburricion hasta cierto punto, despertaron el interés de Tweek.

Aquel muchacho se acercó al mostrador e hizo una orden muy peculiar.

-Buenas tardes. Quiero un pastel de carne y el mejor café del lugar.

La voz del chico era grave, bastante para su apariencia, aún así, su punto fuerte era su apariencia sería y concentrada.

Serian... 10 con 95. —Respondio Kyle aun intimidado por el joven.

Perfecto. Ten 11, guarda el cambio —El joven se dio vuelta, se dirigió a la mesa mas cercana y tomó asiento.

A-a nombre de quien la orden? —Dijo el pelirrojo con nerviosismo.

Craig, Craig Tucker.

El joven no se dispuso a decir mas, siguió de largo, empezó a leer una pequeña libreta que llevaba en su bolsillo y se mantuvo concentrado en ella hasta que llegara su orden.

Tweek. Tu Wonder-Coffee y un pastel de carne —Kyle se asomó a la ventanilla que conectaba la cocina con la recepción.

–Agh! S-si, voy! e-enseguida sale kyle

Tweek estaba nervioso. Hacer su famoso "Wonder-Coffee" llevaba un poco de tiempo y bastante paciencia, pues con el mas mínimo error podria quedar seco o muy dulce, muy cargado o incluso insípido.

Tweek batalló al comienzo,los nervios se habían apoderado de su cuerpo, pero al final logro crear su obra maestra, su mejor café. Éste, junto a un pastel de carne en una bandeja llego a manos de Craig.

Toma muchacho —Dijo Clyde al dejar la bandeja, seguido de un guiño.

Gracias... —El muchacho solo se incomodó con el gesto del castaño, tomó la comida y empezó a degustar.

Craig se quitó su gorro y sus guantes azules. Dejo la libreta a un lado mientras empezaba a probar la comida que ordenó.

Desde la ventanilla Tweek miraba con atención al chico, esperando que diera el primer sorbo al café que había preparado.

Cuando el pastel iba a la mitad, Craig tomo en sus manos el vaso marcado con su nombre que contenía el susodicho café de Tweek.

Un sorbo de aquellos labios rosas, el vaso volvió a la mesa y el silencio se apoderó del espacio entre Tweek y Craig.

El chicho de azul se quedó un momento degustando el café, sin dar señas si estaba molesto o a gusto volvio a dar otro sorbo, lo cual le dió una señal a Tweek de que todo uba bien.

Le ha-habra gustado? —Se preguntó Tweek a si mismo.

Craig dejo el vaso en la mesa, sonrió levemente e hizo una seña al mesero Clyde.

Podrias decirle al que hizo este cafe que es genial? La armonía es perfecta, sabe la cantidad de café para hacer que no sea amsrgo sin perder su escencia. Quisiera felicitar a quien hizo esto.

Vaya —Dijo Clyde notoriamente sorprendido— si quieres te traigo a quien lo hizo.

Tweek estaba escuchando en silencio las palabras del joven que lo alagaba. Pero lo que menos quería era verlo cara a cara, pues el rubio tenia problemas para hablar con gente nueva, y hablar con ese chico tan intimidante y serio no era algo que animara mucho al chico rubio.

No me llames Clydd. N-no me llames!!! —Se decia a si mismo casi gritando.

Tweek! Este tipo quiere felicitarte!

C-carajo! Calma Tweek, calma... —Tweek intentó darse calma mental, algo que no logró— Voy! —Gritó sin animos.

Tweek intentó peinar su cabello alborotado para dar una buena impresión, pero ese cabello no quiso ayudar al joven Tweak. Tendria que presentarse ante su cliente así, despeinado y sin calma.

Suerte amigo! —Dijo Clyde al momento en que pasó al lado de Tweek.

Tweek tomó asiento frente a Craig. El rubio se veia impresionado frente a aquel chico que lo había dejado sin aliento.

Mucho gusto, Tweek. Me llamo Craig Tucker, trabajo para el periódico de la secundaria de south park.

H-hola Craig. Mucho gusto... M-me llamo Tweek y-y... Ah! este...

Calma amigo...

Tweek empezó a ponerse nervioso. Su cuerpo temblaba y su palabras empezaban a cortarse.

Bueno. Oí que hacias el mejor café del pueblo, y con lo que probé no hay duda de ello. Me ayudarías con una entrevista?

Los nervios de Tweek lo explotaron por dentro. Una entrevista, con un chico guapo, por sus logros? No era algo que Tweek esperara ese dia. Sin embargo, sucedió.

Pero si gustas puedo venir mañana. Tengo hasta el lunes. Un gusto, Tweek.

El chico se levantó de su asiento. Tomó su libreta, guantes y gorro y salio del local dedicandole una sonrisa a Tweek.

Craig...

Café para CraigDonde viven las historias. Descúbrelo ahora