Parte 6:"Monstruo Artificial"

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El lugar estaba en penumbras, en el centro de aquella habitación había una jaula, muy similar a la de cero..solo que con barrotes mucho más gruesos y además se notaba el desgaste, allí se encontraba un chico que aparentaba unos 17 años, de baja estatura, con su rostro y parte de su cuerpo estaba cubierto por una capa de capucha en color negra, estaba sentado con ambas piernas a la altura de su pecho y de espaldas.

Una persona entró a aquella tienda pequeña, encendió la bombilla que colgaba de arriba, dejando ver su apariencia, era un hombre alto de cabello marrón y bigotes, ojos azules, vestía un traje y un sombrero de copa, si era el cirquero. Caminó lento hacia aquel chico enjaulado.

-Hola, Midori-kun...-saludó pero no recibió respuesta alguna.

-Vas usar la ley del hielo conmigo?-preguntó de manera burlona, pero no recibió respuesta, lo único que aquel chico hizo fue removerse y acomodarse sin dejar de darle la espalda.

-Anoche Zero escapó...mas bien...ALGUIEN lo ayudó a escapar-dijo remarcando aquella palabra al mismo tiempo que caminaba por el lugar -la jaula estaba rota y es algo raro...sabes? ése estúpido niño ni siquiera sabe como caminar u orientarse.-se acercó un poco más y sacó su látigo dando un golpe en el suelo, pero el chico solo lo ignoró y no demostró algún indicio de miedo.

-¿Y eso que me interesa a mí?-dijo fríamente sin molestarse siquiera en voltearse hacía aquel hombre.

-¿Quién sabe?...Anoche te dejé libre de esta jaula...y ¡qué gran coincidencia!, esa misma noche Zero desaparece, ¿crees que soy un idiota?-dijo molesto.

-Debo responder a la pregunta?-dijo en tono burlón.

-¡¡CÁLLATE MISERABLE BESTIA!!-gritó a todo pulmón, caminó molesto hacia la jaula y la abrió sacando al chico de adentro de manera brusca, arrojándolo al piso... haciendo que éste cayera de espaldas.

La capucha dejó de cubrir su rostro; se pudo apreciar que su cabello, era de color verde oscuro corto, y su flequillo cubría la parte superior de su rostro en cortes desiguales impidiendo que se vieran sus ojos, en el lado derecho de su cara se podían ver cicatrices de quemaduras que se expandían hasta el cuello, en su cabeza se apreciaban orejas de lobo, las cuales estaban caídas como cuando un perro está triste, su oreja izquierda estaba mutilada, cortada a la mitad. Parte de lo que se podía ver de su vestimenta eran ropas andrajosas, un pantalón tres cuarto de tirantes en color negro, una camisa blanca algo sucia y de mangas acampanadas, en su cuello había un moño de color verde y y estaba descalzo.

-Te enseñaré a que me respetes estúpido monstruo-dijo enfadado el dueño del circo golpeándolo con aquel látigo.

-jajajaj...si, un monstruo, un monstruo que tu mismo creaste, imbécil.-respondió un tanto adolorido.

-cierra la boca-dijo volviéndolo a golpear arrancando un quejido del menor

-¿cre-crees que estos...golpes me harán algo?, ya me has lastimado su...suficiente...-esa respuesta hizo enojar aun más al dueño del circo, desquitó su furia golpeándolo incontable de veces.

Lo dejó allí tirado, antes de salir lo miró con desprecio y dijo:

-Actuarás reemplazando a Zero, maldito monstruo -

Sus pasos dejaron de escucharse, aquel chico malherido respiraba entrecortadamente, sus lágrimas caían. degras...por la putrefacción que habia en su cuerpo, y sus dientes puntiagudos se apretaban de la rabia que sentía, su espalda, brazos y piernas dolían, sangraba...pero aquel dolor no era nada...ya había sufrido cosas peores.

-Jamás debí seguirte...maldi-maldito...-dificultosamente se incorporó, al hacerlo pudo ver su reflejo en aquel espejo que colgaba de la pared, no podía ver muy bien por su cabello que tapaba su visión, pero pudo captar perfectamente aquella horrible imagen.

-Mira lo que me hiciste ...por tu ambición me has convertido en ésta cosa...en éste ser-sus puños se cerraron y sus lágrimas no cesaban.

-Zero, tu naciste siendo un monstruo, un hermoso y maravilloso monstruo-dijo sonriendo, se limpió aquellas lágrimas oscuras, negras que caían por su rostro.

-...pero yo...no siempre fui esta cosa, este no es mi cuerpo...yo solo soy un monstruo artificial, "él" me convirtió en esto...un horrible y patético monstruo artificial...un ser de su creación- retrocedió y caminó hasta su jaula, entrando en ella y se acostó allí dejando que sus negras lágrimas caigan manchando su rostro...-...Un monstruo artificial...tanto daño me has hecho ...me has arrebatado a mi hija y me has convertido en una atracción para esa gente cruel...me has convertido en un tonto y despreciable monstruo de circo...-

Importandole muy poco la orden de Kussata, el peliverde cerró sus ojos.

-Aunque seas solo tú, Zero...por favor...sé feliz...no regreses aquí...-susurró.

CONTINUARÁ...


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