Pasado de Rido

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Habia atacado a mis hermanos, mi objetivo era hacerme con la sangre de la Princesa Kuran, su sangre me daría el suficiente poder...

No pude conseguirlo, logré acabar con Haruka, y Juuri se había sacrificado para hacer aquel ritual prohibido, solo encontré su cuerpo al momento de desvanecerse. Aquella pelea me había costado, fue un total fracaso, aquellos mocosos se había ido y no solo eso...

Yo había sido herido en el pecho.

Dolía a horrores, y el frío invierno no ayudaba mucho, mi caminar era lento y tambaleante...sabia que esa herida en mi corazón acabaria con mi vida... sentía como el congelado viento se colaba por mis huesos, mi mano estaba cubierta de mi sangre, un poco de aquel líquido carmesí caía al suelo cubierto de nieve.

Mi vista se nublaba.

-mal...dición- dije, estaba molesto, ¿cómo era posible que que esto me estuviera ocurriendo, esto fue por culpa de mi descuido. Esto era...realmente humillante.

No podía ponerme de pie, estaba cansado, agotado, había perdido mucha sangre, veía borroso, tal vez moriría aquí. Cuando estaba a punto de dejarme caer a los brazos de la inconsciencia , apareció "Él".

Un hombre de cabellos castaños, lacios, hasta la mitad del cuello y unos hermosos ojos azules penetrantes y cautivantes. Vestía totalmente de negro.

Sentí como él me incorporaba un poco, mi cuerpo parecía como el de una muñeca de trapo,pues...no podia moverme...solo verlo. Percibí un delicioso aroma, era... ¿sangre?...

No sé como ocurrió, pero me encontraba bebiendo de su cuello... es lo último que recuerdo de aquel momento.


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Desperté en lo que parecía ser una tienda, me incorporé recorriendo el lugar con mis ojos, solo vi una mesa metálica como de tortura, y herramientas, algunos frascos que tenían parte de animales que flotaban en un extraño líquido amarillento.

¿qué era eso?...

De pronto entró aquel hombre que me salvó, no podía dejar de verlo, era como un imán... su presencia me atraía.

-veo que ya despertaste, gatito-

¿eh?...¡¡¡¿eeeehhhhhhhh?!!! .... ¿me ha dicho gatito?.

Me sonrojé, no sabía la razón.

-Eres una de las criaturas más hermosas que he visto ...un vampiro...un sangrepura –dijo con una sonrisa en su rostro mientras se acercaba hacia mí. Me acorraló contra la mesa, no podía moverme, sentía mi corazón palpitar furiosamente, por primera vez me sentía vulnerable.

- no tengas miedo- dijo mientras acariciaba mi rostro, sus manos eran frías, pero me gustaba aquel contacto...por más extraño que pareciera...era como si lo conociera desde antes... pero sé que era imposible, nunca le habia visto.

Posé una de mis mano inconscientemente sobre la suya para sentir aquel tacto. Cerré mis ojos disfrutando sumisamente de su caricia.

-buen chico.- Susurró en mi oído, aquello me hizo estremecer.

-Bebe- me ordenó dejando al descubierto su cuello, no lo dudé, lo mordí y me deleité con aquel adictivo liquido vital, aferrandome desesperadamente a su espalda.

No comprendí en ese momento el por qué me daba de su sangre hasta que se me  fue revelado, "él" usó su sangre para atarme a él...no se como lo hizo...pero yo...ya no tenia escapatoria.


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Tiempo despues me convertí en el amante de Kussata, nombre de aquél hombre... pero no me importa, por que me he enamorado de él, lo amo y por él daría lo que fuera...

Kussata cree que quiero poder, que quiero la sangre de aquel monstruo llamado Zero, pero... realmente lo que mas deseo es estar al lado de Kussata, y ser correspondido.


CONTINUAR...

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