Gracias por amarme

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En una habitación se encontraba cierto sangrepura de castaños cabellos y ojos borgoñas junto a un peliplata.

-Zero deja que te quite los zapatos-dijo para hacer lo dicho.

-Kaname...aquel chico...me hizo recordar a-algo...-murmuró. Pues, esos días habia estado pensando mucho en lo que el peliplata de igual apariencia que el le habia dicho.

-¿qué cosa?-preguntó curioso.

-etto...n-no recuerdo muy bien...pero...la nieve, alguien una vez me dijo que la nieve es pura y blanca, sin manchas...y esa...habia sido  la única vez que vi nevar-

-...tal vez algún día lo recuerdes...espero que así sea-dijo sonriéndole –deja que quite esta camisa-acto seguido comenzó a desabotonar lentamente cada botón.

En su acción rozó levemente la pálida piel de su abdomen, el tacto de su mano fría hizo estremecer al monstruo quien en respuesta dio un hondo suspiro.

-puedo?- preguntó Kaname, viendo los ojos del contrario de manera suplicante, a lo que inocentemente Zero asintió, dandole el permiso.

El sangrepura se vió tentado ante la nívea piel del menor, por lo cual sintió el deseo de palparla, sentir la suavidad y calidad de la piel ajena.

Una de sus grandes manos recorría lentamente su abdomen mientras iba subiendo hasta su pecho, mientras que con la otra sujetaba la cadera de Zero.

El peliplata solo soltaba quedados suspiros, manteniendo sus ojos cerrados por esas caricias.

Sus ojos borgoñas miraban cada parte de su pecho descubierto hasta que se clavaron en sus rosados pezones. Atreviendose a tocar su pezón derecho, logrando arrancar pequeños jadeos.

-eres...sensible aqui- dijo divertido para luego pellizcarlo.

-ah!...-gimió aquel monstruo, abrió sus ojos y  rápidamente cubrió su boca, aquel gesto hizo que Kaname sonriera enternecido.

-¿Zero?-lo llamó con voz dulce.

-l-lo siento...n-no se...q-que...ocurrió-dijo todo sonrojado. Sintiendo verguenza, aunque no estaba seguro del por qué.

El mayor sonrió de medio lado, su otra mano se dirigión hasta aquella zona sensible del chico de cuernos, comenzando a cariciar sus pezones, dando de vez en vez suaves pellizcos.

-me dejas escuchar tu dulce voz?- preguntó el castaño.  Ante aquel pedido Zero solo asintió.

-ah...Ka...Kaname ah- murmuró levemente manteniendo una de sus manos cerca de su rostro.

-Cómo se siente?-dijo seductoramente el Kuran.

-r-raro...ah-murmuró siendo incapaz de detener sus pequeños gemidos. Kaname dirigió su boca a la altura de aquel lugar, comenzó a lamer y mordisquear sus pezones. –ah...mngnmnn...ah...ah- lentamente el castaño fue quitando por completo la camisa del chico dejando su abdomen desnudo, comenzó a palpar aquella tersa y blanca piel.

-K-Kaname...ah...no...-

-¿quieres que me detenga?-preguntó, el chico solo negó con la cabeza, su rostro estaba completamente sonrojado y sus ojos cristalinos.

-n-no...quiero que Kaname c-continúe-

El castaño sonrió, acto seguido cargó a aquella criatura como una princesa y la acomodó en su cama.

Kaname se encontraba sobre Zero acorralándolo entre su cuerpo y el mullido colchón, se observaron un largo rato perdiéndose en los ojos del contrario, poco a poco el sangrepura fue acortando la distancia entre ambos rostros sellando sus labios en un beso, sus labios se movían lento, pausado, pero poco a poco comenzó a tornarse apasionado, Zero trataba de seguir la velocidad torpemente, Kaname delineó con su lengua aquellos finos labios del pequeño monstruo haciendo que este abriera su boca, aprovechó aquello para introducir su lengua.

-mnnnn...ah...-gimió entre sorprendido en medio del beso separándose bruscamente.

-Ka...Kaname-

-¿ocurre algo malo?-preguntó el castaño.

-e-etto...t-tú...-dijo totalmente sonrojado causando ternura al mayor, el Kuran acercó su mano y acarició aquellos platinados y largos cabellos.

-eres muy lindo-sonrió el castaño, se acercó nuevamente y besó aquellos labios nuevamente.

De a poco comenzó a bajar la cremallera del pantalón del chico de ojos amatistas e introdujo su mano y tocando en lugares más íntimos.

Comenzó a quitar aquellos pantalones dejándolo completamente desnudo,  para luego él mismo comenzar a quitarse la chaqueta blanca y su camisa dejando su torso descubierto. Luego procedió a prepararlo para evitar que el monstruo sintiera dolor, notó lo tenso que estaba.

-tranquilo, trata de relajarte-dijo para luego acercarse al rostro del chico con cuernos y besar aquellas lagrimas que comenzaron a desbordarse.

Notó que pronto Zero empezó a relajarse y sentirse mejor. Poco a poco fue introduciéndose en su interior, el peliplata se aferró a aquella espalda y cerró los ojos fuertemente al sentir un susve dolor. Entró completamente en su interior, se mantuvo quieto usando todo su autocontrol, no quería lastimar a aquella criatura. Los minutos pasaron, hasta que sintió las caderas del menor moverse, aquello fue señal de que continuara, comenzó a moverse de manera pausada y lenta.

Poco a poco fue aumentando la intensidad, comenzando a embestirlo mas fuerte pero no de manera ruda haciendo soltar varios gemidos del chico bajo suyo, Zero se aferró de su cuello ocultando su rostro, y enredó sus piernas y y aquella colita en la cintura del castaño.

Podian sentir que ya pronto acabarían. Zero al sentir aquella corriente de placer recorrerle mordió instintivamente el hombro derecho del vampiro con sus filosos caninos.

-Zero ah-ambos terminaron al mismo tiempo, el castaño dentro del menor y el peliplata en el pecho de ambos. Con mucho cuidado el sangrepura salió de su interior y se recostó a su lado tapando ambos cuerpos con aquella frazada.

-Kaname?-llamó aquella criatura acurrucándose aun mas al castaño.

-si?-dijo observándolo con ternura.

-que h-hicimos?-dijo inocentemente haciendo sonreir al de ojos borgoñas.

-solo te demostré lo mucho que te amo.-contestó, al escuchar esto el peliplata sonrió.

-Tambien te amo-susurró.

Estuvieron en un silencio comodo. Pero fue roto por el suave tarareo de una hermosa melodia que Zero comenzó a entonar.

El castaño solo escuchaba atentamente dicha melodía hasta que el menor hubo terminado, sonrió levemente.

-Descansa, Zero.-djo el castaño besando aquellos finos labios. El peliplata fue cerrando sus ojos quedándose dormido.

-gracias...por cantar para mi...gracias por amarme-susurró el vampiro.



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-Ichiru...-llamó una mujer albina con un kimono blanco.

-si, Shizuka-sama?-dijo un peliplata.

-tu hermano encontró su otra mitad-dijo sonriéndole.

-me alegro...Zero-dijo sonriendo.

-pero...siento la presencia de Rido...te prometí que te ayudaría a proteger a Zero cuando te convertí en un vampiro... y ahora..veo que ha llegado el momento de cumplir mi promesa-dijo seria.

-hai-dijo haciendo una reverencia.

CONTINUARÁ...

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