Primera jugada

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Kussata...-murmuró un hombre de figura delgada y de buen porte, cabellos castaños rojizos y ojos con heterocromía, uno azul y el otro borgoña, de piel blanca, vestido de negro y de forma algo sensual. Sonrió de medio lado, aquél hombre se encontraba en una torre alta que estaba ubicada al medio del pueblo, un edificio antiguo, el cual  le daba una vista perfecta de la academia Cross.

-...Hago esto por ti...-dicho esto se arrojó al vacio.


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La mañana nuevamente habia llegado. Tranquila como si nada pasara. Bueno...eso era lo que aparentaba.


-Midori-san, ¿q-qué haces?- dijo Ichiru en un tartamudeó algo nervioso.

-eh?...tanto te desagrada que haga esto?-esta vez fue a voz  de Midori la cual habia sonado algo ronca.

-d-deja eso ya...-

-pero quiero hacerlo- dijo de manera infantil el peliverde.

-¡¡¡TE DIJE QUE DEJARAS A ESE GATO EN PAZ!!!- gritó el peliplata.

-¡¡¡PERO TENGO HAMBRE!!!- gritó el chico de cabellos verdes que se encontraba arriba de un árbol con dicho animal entre sus brazos.

-te daré comida pero deja a ese animal en paz, no seas tan salvaje!!-exclamó tratando de hacer entrar en razón al chico.

-ya qué...- de un solo salto bajó de aquella rama, sus rojos ojos se clavaron en los amatistas de manera desafiante, entregó al felino y se fue molesto.

-más vale que me alimentes o devoraré tus entrañas- amenazó.

-eh?...eso es asqueroso- dijo el peliplata yendo tras suyo con el gato entre sus manos, pues no queria que en un descuido Midori terminara desayunando al felino.

Midori se volteó hacia el chico de ojos amatistas, manteniendo  una expresión neutra.

-cuando vives tanto tiempo como un monstruo...terminas convirtiéndote en uno- siguió su camino hasta los dormitorios. –para sobrevivir a veces hay que hacer cosas horribles...-

-eso...-

-deja de hablar... tengo hambre, si no te apresuras no me haré responsable- amenazó.

Ichiru suspiró pesadamente y dejó al animal en la entrada de los dormitorios. Tendría que controlar que Midori no hiciera nada raro y eso significaba no perderle de vista.

Ambos chicos entraron al interior del dormitorio de la una, una vez allí el de cabellos platinos se fue directo a la cocina y abrió la nevera, por suerte había bastante comida.

-quiero eso!- dijo una voz tras suyo haciéndolo sobresaltar a Ichiru, pues no lo habia sentido siquiera acercarse. –M-Midori...me asustaste-

-no seas payaso...eres un vampiro compórtate como tal- dijo en tono sarcastico, para luego apartar a Ichiru dandole un pequeño empujón y sacar algunas frutas de allí. Midori se dirigió a la mesa rápidamente para comenzar a comer.

Ichiru se acercó y sentó frente a él, viendo como llevaba la fruta s su boca y comenzaba a comer, casi devorandolo de manera un tanto salvaje.

-Kussata hiso... su primera movida...-dijo con a boca llena, dando una pequeña pausa para tragar lo que habia masticado -tengan cuidado sobre cualquier movimiento sospechoso que noten en la academia-

-¿cómo estas tan seguro?- dijo Ichiru sin apartar la mirada del menor en estatura.

-instinto...estoy presintiendo peligro alrededor de la academia...-murmuró continuando con su tarea de devorar y engullir la comida.

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