El ser que viene por ti

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Ya todo estaba listo...el anochecer del ultimo día del circo llegó.

- solo sigan el plan- dijo un chico de cabello verde que llevaba una capucha de color negro, los demás que iban con él solo asintieron afirmativamente y siguieron su camino en silencio por aquel bosque ensombrecido.

Se podía ver al resto de la gente con sus rostros sonrientes, iban en familia, felices. Sin sospechar lo que les esperaría.

A medida que ellos se acercaban se podía escuchar la música animada que provenía de la carpa y el bullicio que hacían las personas cuando hablaban.

Mientras mas se acercaban, el sonido de la música se volvía cada vez mas fuerte, y el aroma dulce del algodón de azúcar endulzaba el aire.

¿globos...rojos?

Los ojos carmesí de Midori quedaron fijos en la entrada del circo... allí se encontraba una "niña" de vestido rojo, y corona de rosas, sonriente y repartiendo globos rojos a los niños.

La chica de rojo giró su rostro hacia su dirección, su sonrisa se desvaneció por unos momentos... ambos quedaron observándose solo por unos instantes.

-¿Midori?, ¿pasa algo?- preguntó Ichiru posando su mano en el hombro del peliverde, éste al sentir el tacto del peliplata dio un pequeño brinquito, se apartó un poco y respondió –pmf, que te importa-

La chica vió al encapuchado apartar la mirada y dirigirse hacia otro lugar, ¿a caso no venia a ver el espectáculo?, se encogió de hombros restándole importancia al asunto.

-raro... de alguna manera...¿lo he visto antes?, se me es familiar- susurró pensativa, la sensación de verlo era calida, era como si...

-Cut girl, ya comenzamos...- habló una muchacha de coleta y vestida con ropas de acróbata.

-si Scarlett- contestó la pelinegra. Su amigable sonrisa se formó en sus labios nuevamente y terminó de repartir los globos que quedaban.

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-divertido es...divertido es este circo... una mentira eso es...- cantó en voz baja un muchacho de cabellos platinados y ojos amatistas tras el telón, en aquella oscuridad que era iluminada únicamente por unas luces.

-fruta podrida, a mi alrededor... se refleja~, sobre mi fría piel...-cantó, tenia la mirada apagada y observaba a la nada. –desearía mo...- mordió sus labios, ¿Qué estaba a punto de decir?.

-Kussata...aun no te has dado cuenta...-murmuró, sus ojos opacos fijaron su vista a las enormes telas de color rojo oscuro. Se acercó a pasos lentos y con su mano abrió un poco la tela para observar al publico que poco a poco se iba sentando en las gradas.

Sus ojos amatistas se abrieron sorprendido, y una sonrisa se formó en sus labios.

-Kaname...- susurró feliz. Su colita se movió un poco inquieta y su corazón latió esperanzado, Kaname no se había olvidado de él.

-¿Zero?- habló una voz femenina tras suyo haciéndolo dar un pequeño brinquito del susto. –tranquilo- dijo la chica mientras soltaba una pequeña risita, Zero se volteó y se topó con Riko, aquello lo alivió.

-Riko...- dijo con una sonrisa.

-Zero...- la voz de Riko se tornó un poco triste, pero eso no evitó que quitara su sonrisa. –ven...déjame arreglarte-

Zero solo asintió, la pelinegra sacó una pequeña cajita y la abrió.

-cierra los ojos, si?- dijo la chica, a lo que cerro obedeció, Riko comenzó a maquillar cuidadosamente al peliplata.

Monster CircusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora