Al llegar la mañana...

248 27 20
                                    

TAYLOR:

Adam me besó, los labios, las mejillas, el cuello y los ojos.

Ambos sonreímos dulcemente. –Dime que te vas a quedar...— suplicó como un niño pequeño. –Al menos esta noche, por favor— añadió tomándome de las manos

Mire hacía fuera del garaje, la tarde estaba por llegar a su fin y la lluvia inundaba el jardín. Llegué a la conclusión de que me sentía profundamente cómoda y feliz, apretujada entre los cálidos y fuertes brazos de Adam. Me sentía tan bien, como hacía tanto que no me sentía. Extrañaba esa sensación de tranquilidad.

No me imaginaba como podría volver a casa con James, y tratar de olvidar todo esto, con sus estúpidos reclamos y amenazas, sintiéndome culpable por ser la única causante de mi desgracia, pues hice todo mal desde el principio.

Quería estar con Adam, al menos por esa noche poder disfrutar de su compañía sin preocuparme por James, por mis padres o por cualquier cosa.

—Sí, si me quedaré— dije y rodee su cuello con mis brazos antes de besar de nuevo sus labios

....

Así entramos en la casa, y Adam me propuso prepárame un baño caliente. Pues toda yo era un desastre, mis pies estaban sucios por correr por el estacionamiento enlodado del restaurant y mi maquillaje se había derretido en mi cara dejando algunas marcas negras de máscara.

Cuando el baño estuvo listo, intente deshacerme del vestido pero me fue imposible alcanzar los pequeños botones de la parte trasera.

Solté un suspiro cansado, y me di por vencida. Al salir del baño, Adam estaba tumbado sobre el sofá leyendo algo en su portátil con el ceño fruncido, mientras la pantalla iluminaba su rostro.

—Adam...— lo llamé, sintiéndome un poco estúpida pero a la vez tranquila, jamás me hubiera atrevido a pedirle esta clase de favores a James, me sentía feliz de seguir sintiendo ese lazo de confianza hacía Adam.

Él levantó su rostro y se giró hacía mí. —¿Qué sucede?— me preguntó, con una repentina sonrisa

—Creo que necesito algo de ayuda... no puedo desabrochar mi vestido— me quejé

—Ah, ya... déjame ayudarte— dijo me siguió hasta al baño de nuevo, desabotonó el vestido con agilidad y este cayó al suelo.

Sonreí al ver como Adam desviaba la mirada hacia otro lado de la habitación. –No tienes que hacer eso— aclaré, sacándome la ropa interior. –Después de todo vamos a tener un bebé, qué más da— añadí con tono divertido, pero no pude evitar sentir una corriente eléctrica de emoción al decir esas palabras.

Adam devolvió su mirada hacía mí, y me ayudó a entrar dentro de la bañera. Me acomodé sintiendo como el agua caliente rodeaba mi cuerpo, a excepción de mi gran barriga que sobresalía del agua. Adam no pudo resistir la tentación de tocarla. –Wow... es increíble— de su voz brotaba emoción. –Puedo sentirlo... ¿O sentirla?— me miró esperando una aclaración

Negué con la cabeza. –Aún no sé qué es, al menos hasta el próximo lunes— tomé la mano de Adam y la guíe hasta la zona donde podía sentir al bebé dando ligeros golpecitos. —¿Lo sientes?—

Adam asintió fascinado, manteniendo su mano presionada contra mi vientre. –¡Ahí está de nuevo!— exclamó emocionado

—Sí, es realmente asombroso. Hace tan sólo un par de días que ha comenzado a moverse— le expliqué con voz suave y tranquila, el simple hecho de explicarle esos detalles y que él se viera tan asombrado como yo, hacía el momento perfecto.

Mine (TAYVIN) 2da temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora