Quien diría que en tan sólo diez minutos desataría un gran escándalo. Todo el mundo estaba hablando sobre lo que dije en la entrevista.
Era lo correcto, no era justo para Adam, ni para mí. Ya no estábamos mintiendo sobre cualquier cosa, se trataba de nuestra hija y por su bien era necesario que yo dijera la verdad.
Esa tarde volví a casa, después de pasar todo el día ayudando a Hailee con sus primeros preparativos para su boda con mi hermano.
Empuje la puerta y camine fatigada por el corredor hasta cuando llegue a la sala y arroje mi chaqueta al sofá, seguía habiendo mal tiempo en Los Ángeles y un resfriado no me caería muy bien en estos momentos.
Cuando encendí la luz, me di un gran susto que hizo que el corazón casi se me saliera por la boca. James estaba sentado en la sala en medio de la oscuridad con expresión molesta.
—¡Dios! James me asustaste— dije respirando con dificultad con mi mano contra mi pecho. — ¿Qué haces aquí?
—¿Qué hago aquí?— repitió, casi pareció que acaba de darle una bofetada. –Sin más no recuerdo esta es mi casa— lo corté
—De hecho es mi casa— hice énfasis en el "mi" –Enserio James... ¿Qué haces aquí?
James se levantó de un salto y camino como un zorro hacia mí. –Te encantaría que me fuera, para que hicieras lo que quisieras... pero adivina qué.... ¡Jamás te dejaré en paz!— ladró tan fuerte que me hizo estremecer. —¿En qué diablos pensabas cuando dijiste toda esa mierda en la entrevista? ¡Sabes en los problemas en lo que me metiste! ¡Casi me quitan mi contrato con la película, mi madre ya le había dicho a todo el mundo! ¡Ahora quedaré como un maldito mentiroso!— continuó gritando de manera furiosa. Por un momento temí que fuera a golpearme.
—Es lo que eres... un maldito mentiroso— me atreví a decir. –No te tengo miedo James, no puedes hacerme nada— James se giró hacía mi con una sonrisa maliciosa en su rostro.
Avanzó peligrosamente hacia mí y me tomo bruscamente del mentón. –Deberías de tenerme miedo, no sabes de lo que soy capaz— Sentí la mandíbula adolorida por el apretón de James, su mirada reflejaba locura, y no pude evitar sentir miedo. –Nos casaremos y esa hermosa niña será mi hija...— me soltó bruscamente haciéndome tambalearme, por fortuna logré sostenerme de una pequeña mesa que decoraba la habitación.
Lágrimas furiosas recorrieron mi rostro, no podía hacer nada mientras estuviera embarazada. Ahora estaba segura de James era capaz de cualquier cosa.
—No, no, no llores— dijo voz fingida llena de preocupación. –Esto no tiene que ser así, por eso nos iremos a Nueva York esta noche. Volveremos al departamento y no volverás a ver a... — apretó los labios. –A tu ex novio, así que será mejor que empieces a empacar porque nos iremos dentro de unas horas—
No podía irme ahora, no podía volver a aquella prisión y menos ahora que Adam sabía la verdad. –No iré a ninguna parte contigo— dije y tomé mi chaqueta, y comencé a caminar de la puerta
Era obvio que James no iba a permitir que me fuera, por lo que me atrapó antes de que logrará cruzar el jardín para luego arrastrarme hasta mi habitación y encerrarme.
La noche había llegado y la lluvia golpeaba la ventana. Un zumbido se escuchó sobre el hueco murmullo de la lluvia.
Mi teléfono, mi teléfono seguía en mi chaqueta que yacía tirada en el piso. Rápidamente me abalancé sobre el. Era un número desconocido, pero aun así conteste.
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Mine (TAYVIN) 2da temporada
Fanfiction-Muy bien, ¿Taylor, como te has sentido?- me cuestiono la doctora Hastings, desde que me mudé a Nueva York había sido mi doctora. Se caracterizaba por su fanatismo por la música clásica y su afición a ser un poco entrometida. Me moví incomoda sobre...