CAPITULO 12

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  TATÚM

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TATÚM

Detiene la camioneta sobre el alto de una colina, apagando el motor como las luces.

Y lo miro extrañada por el lugar y con las bolsas de comida rápida, aún entre mis brazos.

Porque es un viejo barrio.

Una vecindad, donde denota por la construcción de todas las casas aledañas ser de clase trabajadora.

No me mal interpreten.

No me molesta en lo absoluto.

Sino.

Que me parece extraña la situación de esta llamémosle cita y que sea en este lugar.

Ya que y aunque, le pedí que no fuera en el bar WaySky y más bien algo tranquilo y ausente del bullicio nocturno de jodas y fiestas estudiantiles, cual sentada aún en el interior de la camioneta con una docena de hamburguesas, papas y respectivas gaseosas entre mis manos listas para ser consumidas.

Siento que me perdí de algo y no le encuentro el sentido.

- Ok... - Digo. - ...reparto seis hamburguesas con su combo para ti y otro tanto para mí... - Quiero reír, pero me contengo. - ...y reventamos de colesterol mirando... - Señalo el barrio. - ...las casitas obreras?

Dios...

¿Puede ser más rara, esta cita?

Imposible.

Y niego reprimiendo mi risa, porque si Cristiano Grands quería sorprenderme.

Totalmente lo consiguió.

Lo observo y creo que su hermoso rostro de siempre en granito se va a desfigurar, pero no sé si de risa, por la ingenuidad de mis palabras o me va mandar a la mierda por burlarme de su elección del lugar que eligió como cita.

Niega conteniendo lo que parece la primera opción, llena de complicidad y le estrecho mis ojos sospechosa por eso siguiéndolo con la mirada, cuando abre su lado de la puerta para rodear el frente de la camioneta con pasos tranquilos y abrir la mía.

Acto seguido, cargar las bolsas de comida por mí, para luego inclinarse leve en mi dirección y murmurarme bajito sosteniendo esta.

- Tendrás que averiguarlo, Tate... - Y me eleva sus cejas de forma graciosa.

Salgo del interior dudosa a ese ahora, sonrisa dibujada en sus labios incierta como misteriosa que tiene mientras lo sigo silenciosa detrás y por un pequeño sendero de tierra que se formó de tantas caminatas en lo que parece en el descenso de la colina.

- Esta parte, es obligatoria hacerla a pie... - Su voz, suena delante mío. - ...si queremos llegar al lugar de la cita... - Lo último, lo recita subrayándolo divertido y mirándome a través de un hombro.

Para luego mis pies calzados con zapatillas.

- ...buena opción lo que decidiste ponerte, ya que en coche no se puede y te será útil cuando lleguemos...

Todo por Lulú ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora