CAPITULO 23

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HERÓNIMO

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HERÓNIMO

El intercomunicador de mi escritorio, suena interrumpiéndome de la concentración de mis papeles.

Levanto la vista y miro a Grands, que sentado en uno de mis sillones blancos con más carpetas en mano, solo se limita a encogerse de hombros ante esa interrupción.

¿Pero qué, mierda?

¿No le dije a Marcia, que jodidamente no me molesten hasta que termine de leer el informe trimestral de mi T8P Alemania con su proceso de minerales que contenga en su extractiva, para que de una vez se empiece con los compactados aleatorios en esta semana?

Pero anunciándose Cristiano en mi piso, hace que totalmente haga a un lado y cierre la carpeta azul como todo el papelerío y poniéndome de pie yo mismo, camine en dirección a la puerta para recibirlo.

Porque, puede ser algo importante.

Lo cual me lo confirma al notar a Grands que también lo hace, cuando le digo que su pequeño está acá, dejando su informe también a un lado.

Mnmm...

Interesante.

Estrecho mis ojos acomodando mejor mis lentes del puente de mi nariz, seguido del cuello de mi camisa de vestir Italiana.

- Muchacho... - Solo digo a modo saludo y sosteniendo la puerta abierta mientras pasa. - ¡Marcia, que nadie me interrumpa hasta nuevo aviso! - Gruño a mi secretaria, sobre mi mirada recorriendo mi piso y que todo este en orden.

¿Clientes, siendo atendidos como se debe?

Bien.

¿Activos trabajando?

Perfecto.

Volteo a mi oficina cerrando esta y mirando a padre e hijo.

¿Qué ambos, crucen miradas sospechosas desde sus lugares?

Mal.

Y aflojando el cuello como corbata a tono del traje que llevo puesto y que momentos antes acomodé de mi camisa, camino otra vez a mi escritorio tomando asiento en mi lugar.

Aclaro mi garganta.

- Por favor. - Solo digo, tomando mi pluma oro y señalando a Cristiano de pie y metro mío, para que tome asiento frente a mí.

Y arrugo mi ceño dudoso y frotando mis labios pensativo desde mi postura relajada en mi sillón, mientras veo que lo hace observando esta escena.

¿Por qué, tengo la sensación que ya viví esto?

Como un jodido, deja vú.

Pero, nada viene a mi memoria.

Sonrío.

Creo.

Cristiano asiente tras una mirada ligera a su padre, ubicándose del otro lado de mi escritorio.

Todo por Lulú ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora