CAPITULO 17

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  TATÚM

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  TATÚM

- ¿De visita? - La voz bajita de Ben, me sorprende cuando abre con cuidado la puerta de la habitación de Lulú, que dormida entre mis brazos acuno.

Beso su cabecita afirmando y llevándola más contra mí, mientras palmeo con cariño su espaldita al ritmo de la suave música infantil, que se siente de mi I Pod y que descargué para mi nenita.

Ben sonríe tomando asiento en la única silla en un rincón, mirándome divertido.

- ¿De casaca médica? - Me pregunta y lo miro con cara, provocando que ría silencioso para no despertarla.

- Tal vez, haga un par de rondas extras... - Me justifico, mientras recuesto con cuidado a Luz en su cuna y la tapo con su mantita. - ...No tengo mucho para hacer en casa de mis padres con una de mis hermanas tomando las llaves de su coche para ir no se dónde y Juno en el partido apertura de básquet de la liga de la U, acompañando a su novio...

- ¿Aburrida? - Ben me pregunta.

Asiento, mientras me dirijo al ventanal a cerrar las cortinas infantiles para que las luces del predio del Hospital por la llegada de la noche, no interfieran con el sueño de Lulú.

- ¿O triste y necesitando ocupar tu mente, por esperar...un algo? - Prosigue, al verme que verificando estas, del bolsillo de mi casaca tomo mi celular para chequear con ansiedad que no disimulo.

Con ansias conformándome, aunque sea con un mensaje.

Uno solo y sin siquiera, pedir una llamada telefónica de su parte.

Y pese a que con mi orgullo maldito, le dije que no creía y nos evitamos a futuros encontronazos en estos días, porque según yo, no me importaba desde que lo vi al idiota por última vez.

La realidad es, que solo espero la mierda de respuesta que sea a su tiempo pedido maldita sea, ya que el tiempo apremia y cada jodido segundo de cada minuto es importante.

Me dejo caer en la cama junto a la cuna, sin poder evitar mirar a Luz y ver como plácidamente, duerme tranquila junto al peluche jirafa que le regaló Cristiano.

- Algo, así... - Suspiro a mi amigo que notando mi sonrisa triste viene hacia mí, para tomar asiento a mi lado.

- ¿Día difícil?

- Días difíciles... - Corrijo.

- Yo podría haberte ayudado, Tate... - Ben suelta y lo miro sin entender.

Bueno.

En realidad, sé lo que me quiso decir con el sentido de sus palabras.

Como también, él sabe que en ese sentido mis sentimientos que no se comparan con los suyos.

Uno por mí, desde que somos niños y que nunca va a ser correspondido de mi parte, más que ese cariño incondicional como uno de mis mejores amigos que es con Tini.

Todo por Lulú ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora