TATÚM
Una cancha de 15 x 28m.
Dos tableros enfrentados con sus respectivas canastas, colgando a más de 2m de altura y dos altos como fuertes reflectores en cada extremo de esta, iluminando todo.
Mitad de cancha.
Un lado.
Mi equipo, liderado por Dante.
Del otro.
El otro equipo con cinco hermosos niños de diferentes edades y el idiota.
De mi lado de la cancha, Dante nos da las últimas directivas de juego.
Mierda.
Porque, yo no entiendo nada de lo que hablan.
Nunca jugué este juego y soy cero deporte.
Solo sé, que tengo que llenar la canasta opuesta.
Miro su altura.
Suspiro.
O por lo menos intentarlo...
Mis ojos chocan con los de Cristiano que como líder y sin dejar de dar pautas o la mierda que sea al suyo, ubicados en un extremo agrupados, me sonríe con su mirada verde bosque.
Dolorosamente lenta y resbalándose por mi cintura como mis caderas y le estrecho los ojos, acomodando mejor por segunda vez mi docena de hebillitas de mi pelo.
Pero qué, cabrón cochino.
Eso no se hace frente a niñitos, porque esa cretina sonrisa devastadora que tiene y que es la más linda del mundo, juega contra mis terminaciones nerviosas.
Ya que, es la silenciosa y del tipo, si te agarro te parto.
Donde lo único que alimenta es a que tenga ganas de meter mi lengua dentro de ella.
Y en otros sitios...
Y me da más bronca.
Y por ello muerdo mi labio y miro el cielo nocturno, acomodando mejor mis lentes.
Dios, dame un respiro ¿si?
- No hay arbitraje. - Dante habla, mientras se dirige al centro de la cancha y lo seguimos.
Hace girar su silla de rueda a mitad de esta y entre los dos equipos para mirar a todos.
En especial a Cristiano y a mí, frente a frente y con nuestros respectivos equipos detrás.
Y solo separándonos la fina línea pintada de blanco, dividiendo las áreas casi pisada por nuestros pies.
- Supongo... - Mira a Cristiano. - ...que cederás por ser Tatúm tu futura esposa, el privilegio de salida y arranque del partido? - Se sonríe con malicia divertida.
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Todo por Lulú ®
RomanceSINOPSIS Tatúm Mon. Estudiante destacada en medicina Oncológica Infantil, haciendo mis pasantías médicas en el hospital de mi padre. Sin obligaciones, ni responsabilidades más que dedicación a lo que me apasiona. Llegar a ser una gran médica. Dicen...