Capítulo 15
Regresé corriendo a mi habitación y me coloqué mi capa sobre mis hombros. Remir estaba esperándome en la puerta de mi habitación. Cuando cruzamos miradas, ella me tendió la mano. La tomé y rápidamente nos fundimos en una teletransportación.
**
Aparecimos claramente en el bosque de Mina.
Como no imaginarlo, todas las cosas suceden en este maldito bosque.
Un par de chicos altos con capas negras se acercaron a Remir. Intercambiaron algunas palabras a las cuales no presté mucha atención. La idea de un portal al mundo humano me traía un mal presentimiento. Comencé a inspeccionar a mí alrededor; no había miasma en el aire, al menos y el bosque estaba silencioso, aunque era extraño no escuchar el canto de los pájaros y los demás sonidos de la naturaleza. Eso era extraño.
–¿Qué hacen aquí? –Giré rápidamente y me encontré con nada más y nada menos que Chris, mi profesor de histología en la universidad –a la cual solo asistí un día– y el nuevo director de Ciudad Niebla. Cuando se dio cuenta de mi presencia, me sonrió.
–Clea.
–Chris. –Le sonreí. –Te sienta bien ser director. Igual que la eternidad. –Lo agarré un poco con la guardia baja, pero disimuló su descuido con una sonrisa.
–Los rumores viajan muy rápido, al parecer. –Se cruzó de brazos. –Pero si me permites, deseo evadir ese tema. Te prometí unas respuestas a tus preguntas, pero hay cosas más importantes, ¿No lo crees? –Se inclinó un poco a la izquierda para mirar a Remir. –La chica Kane se adelantó. –Sonrió.
–Director. –Lo saludó Remir. –¿Cómo se enteró del portal?
–La verdad es que lo he creado yo. El portal. –Ladeé la cabeza, mientras lo miraba con confusión.
–¿Puedes explicarte mejor? –Chris puso los ojos en blanco mientras sonreía.
–Lo creé con un buen propósito pero al parecer Belial también lo ha estado usando. –Cerró los ojos fuertemente. –Lo creé, pero perdí la llave en el mundo humano. Tenía la esperanza de que nadie lo encontrara. –Le lanzó una mirada a Remir y a su equipo. Remir ni se inmutó.
–Y a todas estas –Me acerqué a Chris. Clavé mis ojos en los suyos, buscando algún indicio de algo, de lo que sea –, ¿Cuál fue ese buen propósito?
Lanzó una carcajada. –Estaba esperando esa pregunta. –Dio unos pasos más y se inclinó a mi oído. Casi lo puse escuchar sonriendo. –Lo hice por ti, Clea.
Abrí los ojos desmesuradamente. ¿Qué tenía que ver yo con todo esto?
–Al punto, Chris. –Le dije entre dientes. –Ya me estoy cansando de los rodeos. –Le lancé una mirada fulminante. –Y de las mentiras.
–Lo siento. –Se encogió de hombros, pero no parecía muy arrepentido. –Sí, es como te lo imaginas, sé de tu existencia desde hace mucho tiempo. Cuando eso eras mi hermana, todavía. –Me miró y sonrió. Pero fue más una sonrisa para sí mismo. –Yo fui el que te encontró primero. Fui yo el que le mandó tu fotografía a Marcos con tu nombre en oro, tal como lo dice El Código. Cuando Ayden fue a buscarme, me sentí un poco mal por no querer ayudarlo, así que te busqué. Fue fácil, ya que tú y yo éramos los únicos magos en Manhattan. Sentir tus elementos fue fácil. –Se encogió de hombros nuevamente.
Me crucé de brazos. –Así que me mentiste, siempre supiste quién era yo.
–Creéme que verte como mi alumna en la universidad era algo que no me esperaba. –Sacudió la cabeza. –Pero ahora tenemos otro problema. Belial ha estado usando el portal. Tengo que encontrar la llave, pero no puedo hacerlo solo.
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Magos de Mina: La Guerra (Libro#3)
Fantasy¿Qué mierda pasaba por tu cabeza, Mina Tepes? ¿Realmente, en esta batalla, tengo que luchar a muerte contigo Último libro de la trilogía Magos de Mina.