Magos de Mina: La Guerra (Libro#3)

Capítulo 9.

Capítulo 9

–Si tienes algo que decirme, mejor dímelo ahora, antes de que Spirideon suba a buscarte. –Dijo Ryder, tomándome por sorpresa.

Le sonreí. –¿Cómo sabes que quiero decirte algo?

–Llevas rato mirándome con esos malditos ojos azules. Sé que quieres decirme algo. –Dijo, mientras tomaba agua y se limpiaba la boca con la servilleta.

–Bueno –Comencé –, ¿Recuerdas si el esposo de Mina tenía un hijo con otra mujer? –Ryder dejó de comer al instante mientras cambiaba su semblante a uno pensativo.

–Creo que sí, aunque no hay muchas referencias acerca de eso. ¿Por qué de repente el interés? –Parpadeó varias veces, mirándome, ansioso por una respuesta coherente.

–¿Qué posibilidades hay de que ese hijo aún esté vivo?

Ryder me miró como si me hubiera crecido otra cabeza.

–Clea, ¿Te golpeaste la cabeza? –Comenzó rápidamente a inspeccionar mi cara y mi cabeza. –Creo que Spirideon se pasó un poco contigo.

–Ryder. –Lo corté. –Estoy bien. Solamente tengo unas dudas acerca de eso.

–¿Por qué las dudas repentinas? –Preguntó.

–Contesta mi pregunta, por favor. –Ryder me miró de reojo antes de removerse incómodo.

–No sé la respuesta. Pero creo que las posibilidades de que el hijo del esposo de Mina aún exista son casi tan altas como...No lo sé, ¿Tan altas como tú?

Lo golpeé rápidamente en el hombro, haciéndome la enojada. –Ryder, esto es serio.

–Primero cuéntame de que va todo este interrogatorio. –Me miró fijamente.

–Tuve un sueño anoche. Un sueño muy extraño. –Le dije. Ryder estaba mordiendo una manzana verde.

–¿Y?

Puse los ojos en blanco. No parecía muy interesado. –Soñé con Chris, mi profesor de histología en la universidad. –Me detuve un momento. –El chico que estaba conmigo cuando fuiste a buscarme.

Dejó de comer bruscamente. –¿Soñaste con otro hombre mientras dormías conmigo? –Puse en blanco los ojos nuevamente.

–Ryder, ayúdame, ¿Sí?

–No sé qué tiene que ver un simple humano con el hijo de Eduardo Tepes...–Ryder se cortó a él mismo en seco. –Clea, ¿Enserio estás pensando lo que yo creo?

Asentí lentamente. Ryder abrió los ojos como platos.

Le conté el sueño con lujo de detalles. Él aún estaba algo desconcertado, pero se dedicó a escucharme atentamente. Le conté como el director de Ciudad Niebla le pedía ayuda a Chris para encontrar La Piedra de Nami, y como Chris se negaba rotundamente y le decía que la otra opción era buscar...Bueno, en efecto, buscarme a mí.

Ryder negó con la cabeza. –¿Me estás diciendo que hay una posibilidad de que ese hombre sea el hijo de Eduardo Tepes y que Mina, por simple caridad le haya otorgado los cuatro elementos? ¿Estás tratando de decir que hay otra persona en el universo que tiene los cuatro elementos?

Asentí rápidamente. Había captado todo a la perfección.

Ryder se levantó de la cama y comenzó a caminar de un lado a otro, revolviendo su cabello, típico de cuando está nervioso y no sabe qué hacer.

–Clea, sea como sea, es una locura. –Dijo, casi por lo bajo. –Te puedo apoyar en que Mina este viva en un versión malvada pero... ¿Otra persona con los cuatro elementos? –Negó con la cabeza. –Eso sí suena a locura.