4. Cuando el fuego encuentra al dragón Pt.4

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Amo y general oscuro se encontraban en la sala de las Tinieblas, nombre otorgado por el mismo Velker a la sala de meditación de Ukog. Allí Ukog contactaba con las fuerzas oscuras para tratar de localizar la espada divina.

―Esos malditos hechiceros ―maldijo Ukog ante la imposibilidad de concluir su objetivo―. No debiste fallar en tu misión ―recriminó a Velker―, debemos someter a esos hechiceros traidores, alguien está ocultando la espada. Debemos ayudarles a comprender el poder real de la magia... ¿Qué sucede? ―preguntó al ver la impasibilidad mostrada por su general―. Parece que tus ojos albergan dudas, querido amigo. ―En ese instante una esfera de energía oscura apareció en la palma de Ukog―. Te prometí que te concedería tu deseo y así será, pero antes debes traer ante mí la espada... percibo que mis palabras no son suficientes para calmar tus temores. ―Ukog parecía cada vez más enojado―. ¡¡Te lo advierto, guerrero, no deberías mostrarme motivos para dudar de tu lealtad!! ―En realidad siempre habían existido dudas del poder real de Ukog para conceder tal deseo.

―No, mi señor ―pronunció con resignación el general oscuro.

Los soles de rin era uno de los ingredientes principales que Aruc necesitaba recolectar para las pócimas de sanación creadas por su madre. Eria era conocida en el mundo de la hechicería como la Lágrima Blanca, sobrenombre otorgado a raíz de las lágrimas derramadas tras renunciar a su lugar como hechicera blanca para poder así contraer matrimonio con Lennan, guardián del hielo por aquel entonces. Tiempo atrás los consejos de hechicería jamás hubieran permitido una unión entre un hechicero elemental y una hechicera de Loudim, debido a las viejas profecías que auguraban el temor a un poder de la oscuridad nacido de la luz y del hielo. Tras la dimisión de Eria, su devoción por Loudim y por ayudar a los demás jamás cesaría, pese a que le estaba prohibido utilizar su inmenso poder mágico. Encontró en sus conocimientos de pociones y plantas la manera para seguir con la misión que Loudim le había encomendado.

El lago del Espejo era el lugar donde los soles de rin crecían en mayor número. No era fácil localizar aquel ingrediente entre tanta variedad de vegetación, pero la búsqueda siempre tenía su recompensa, pues pese a que no era un ingrediente imprescindible para la creación de las pociones, otorgaba una efectividad mayor sobre las infecciones. Aruc también había heredado el poder de la luz que los dioses otorgaron a su madre, aun así, jamás ingresó como sacerdotisa en los templos de Loudim debido a las tensas relaciones de su madre con la institución. Pese a todo, Eria y Lennan le habían enseñado hechizos elementales de defensa y a controlar su gran poder latente. Aruc era a sus ojos una hechicera blanca. Debido a su poder y a sus conocimientos ayudaba a su madre en su trabajo como sanadora en el pueblo, a través de sus remedios a base de plantas y vegetales.

La hechicera blanca permanecía junto al lago del Espejo observando cómo sus aguas cristalinas lograban reflejar las primeras nubes de lluvia que amenazaban con su llegada. «Alguien se acerca», la percepción de la llegada del guardián del hielo la devolvió a la realidad.

―Parece que volvemos a encontrarnos ―saludó Aruc sin dejar de mirar el lago―. ¿Has venido en busca de la espada? Percibo que Dreid y el chico están junto a mi padre.

―El maestro del hielo me dijo que estaríais aquí, me pareció descortés no acercarme a saludaros, pero si mi presencia os incomoda... ―Agoyh estaba sonrojado.

―No importa ―sonrió Aruc―, me alegro de volver a verte.

Los dos jóvenes caminaron alrededor del lago, Aruc aún recogía diversas plantas que necesitaba para los brebajes de curación. El guardián del hielo lo intentaba, pero su rostro no lograba ocultar la atracción que sentía hacia la hija del maestro. Aquel sentimiento era causa de felicidad que se tornaba desesperación y temor a no ser correspondido. Poco sabía él del amor, pero sus sentimientos eran claros como el agua de aquel lago. Sin embargo, temía perder a la que había sido su amiga durante mucho tiempo si confesaba lo que sentía.

HEREDEROS DE LA LUZWhere stories live. Discover now