12. Un nuevo enemigo Prt.3

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Una sala reluciente de luz, eso fue lo primero que pudo ver Nisha al abrir los ojos. Sus compañeros habían desaparecido. El joven de ojos rojos empezó a dudar de lo que estaba sucediendo. Por fin la luz fue bajando de intensidad y sus ojos se acostumbraron al entorno, fue entonces cuando distinguió un desfiladero. Bajo aquel débil camino de rocas se encontraba un océano de nubes que impedían a Nisha ver más allá. Avanzó por aquel pasaje que lo condujo hasta la entrada de una montaña. El hechizo de fuego creado por Nisha consiguió iluminar el sombrío interior. A medida que avanzaba, veía osamentas de seres que parecían haber poseído alas. Una fuerza en su interior le guio hasta aquellos restos, el joven se sentía atraído por la criatura. El leve contacto entre ambos hizo que el esqueleto quedara reducido a cenizas. Las cenizas envolvieron a Nisha en una especie de barrera, cada vez se movían a más velocidad, fue entonces cuando el joven de ojos rojos pudo ver una proyección de lo que parecían ser los recuerdos vividos por aquella criatura. Logró ver a aquellas criaturas transformándose en humanos y como él, todos tenían ojos rojos. Al principio sonreían, pero pronto las imágenes cambiaron a un mar de sangre y espadas que atravesaban los corazones de aquellos humanos. Los dragones estaban siendo asesinados, pudo sentir el sufrimiento y las lágrimas de mujeres y niños, cómo los dragones protegían a sus seres queridos y finalmente un gran campo desolado ante un cementerio. Las cenizas desaparecieron y Nisha cayó arrodillado, desolado por la visión que había visto.

―Levanta, joven dragón ―escuchó Nisha tras su espalda―, no es hora de llorar la pérdida del pasado.

―¿Qué me está pasando? ―dijo Nisha al ver a aquella mujer―, ¿quién sois vos?

―Mi nombre es Nalzar. He esperado tu llegada desde tiempos remotos.

―¿Mi llegada? ―Nisha miraba atónito a la mujer de ojos rojos.

―No dispongo de mucho tiempo, tu presencia ha roto el hechizo y pronto seré llamada para la ascensión final. Me reuniré con el resto de nuestro clan en un lugar que no pertenece a este mundo. Eres nuestra última esperanza, las cenizas han mostrado lo que nos pasó. Los humanos nos traicionaron, los que creímos nuestros aliados. ―Nisha aún permanecía en el dolor de aquellos recuerdos―. Esas cenizas y esos recuerdos, son los míos, la última superviviente del clan. Decidí encerrarme en este lugar a la espera de la llegada de un nuevo descendiente de Brunil-Hal. Tu presencia aquí significa que los buscadores han tenido éxito. Ahora deberás cumplir tu propósito como el heredero, debes dar comienzo al Primer Día y restaurar la luz en este mundo.

―¿Cómo voy a hacer algo así? Yo... ¡no soy un dragón! ¡Soy un hombre!, soy... un hombre... ―Nisha miraba sus manos al tiempo que negaba.

―Lo has visto en esas imágenes. Tu aspecto es de hombre, el mío de mujer. Pero en tu interior sabes la verdad. Si estás aquí es por algún motivo, sabes que eres diferente al resto: tus ojos, el color de tu pelo y el simple hecho de que estés ante mí; ¿crees que eres un hombre, joven dragón?

―No...

―Pronto seré llamada a reposar junto a Brunil-Hal, pero antes deberás conocer cómo comenzó todo, para poder avanzar sin temor, habiendo escogido tu propio futuro. Brunil-Hal, fue el primero de nuestra raza, nuestro único dios. Tan solo podía ser montado por Loudim, fue así, junto al dios de la luz, cuando perdió la vida al ser derrotado por Agnam. Brunil-Hal antes de desaparecer juró vengarse del terrible dios. Para ello, convirtió su ser en un conjuro que dio origen a nuevos tipos de dragones: los dragones oscuros, los más poderosos de todas las razas; de sus esperanzas, nacieron los dragones dorados; de su último aliento, hizo aparecer los señores de las profundidades de la tierra, los dragones rojos, cuya llama puede hacer frente al mismo Tirén, dios del fuego; de sus últimas lágrimas al ver caer a Loudim aparecieron los dragones azules, señores del mar; y de su restos, fundidos con la tierra fértil, dio lugar a los dragones verdes, señores de los bosques y de la tierra. Tu pelo gris muestra que aún no has escogido a qué tipo de dragón deseas pertenecer. Ese poder tan solo recae sobre ti. Acércate y toma el poder que te pertenece, conviértete en una leyenda. No debes temer por nada, ahora todos formaremos parte de ti. Nuestro conocimiento, nuestra misión te será revelada. Deberás buscar a tus hermanos y cumplir con nuestro destino, recuerda quién eres.

HEREDEROS DE LA LUZWhere stories live. Discover now