Los contendientes no estaban acostumbrados a encontrar tal nivel de resistencia en sus opositores, sin duda, este combate sería diferente. La última estocada de Velker obligó a Sagras a crear una barrera de fuego para conseguir una ligera ventaja. Las llamas le otorgaron algo de tiempo para crear una nueva estrategia. Jamás hubiera esperado que un simple caballero oscuro le obligara a utilizar hechizos superiores. Sagras se sorprendió ante la aparición de Velker tras la barrera, el guardián del fuego logró sentir ligeramente el acero de la espada tocar su cuerpo. «Sé que podéis hacerlo mucho mejor»; tras aquellas palabras, el siervo de la oscuridad desapareció. Sagras había sido humillado con la derrota del primer asalto. Pero no dejaría que ese fuera el final.
En la memoria de Lua y su hermano aún permanecía el asalto de Sagras a la Gran Recolecta, ahora permanecían incrédulos viendo cómo un solo hombre lograba oponer resistencia al hechicero que liberó a toda la ciudad de Odol. Velker era rápido, desaparecía ante los ojos del hechicero y la ira provocó que Sagras utilizara un hechizo reservado solo a los hechiceros supremos. El caballero oscuro aprovechó la conjugación del hechicero para atacar con un mandoble veloz al guardián, que logró lanzar el hechizo cubriendo de llamas a su adversario. La satisfacción de Sagras fue contrarrestada al ver cómo de entre las llamas surgió, una vez más, el acero de Velker, alcanzando al hechicero en la pierna derecha. Velker, pese a las heridas provocadas por el fuego abrasador, había sobrevivido.
―Eres fuerte, general oscuro, no esperaba que un gusano como tú lograse sobrevivir a uno de mis ataques.
―Hacía mucho tiempo que un hombre no lograba combatirme de igual a igual. Déjame recompensar tu valor con una nueva oportunidad, guardián del fuego. Entrégame la espada y os concederé el perdón.
―La espada no está aquí ―repitió una vez más―. Ninguno de sus habitantes ha visto dicha espada, no es aquí dónde debes buscar.
―Aún no has entendido que necesito la espada para verla de nuevo. He llegado muy lejos, he hecho cosas que jamás podré perdonarme. Necesito volver a verla... ―Esta última frase era casi una súplica.
Velker, absorto en sus recuerdos, logró esquivar en el último instante el ataque de Sagras. Sin embargo, aquel ataque había sido un simple señuelo, al esquivar la esfera de fuego, no percibió que, con un simple gesto por parte del hechicero, el ataque volvió a dirigirse hacia el caballero oscuro. Todo intento por esquivar aquel hechizo resultó inútil, siempre encontraba la manera de volver a por su objetivo. La esfera finalmente logró alcanzar a Velker. Tras el primer impacto, la esfera se transformó en una gran columna de fuego. No era posible sobrevivir a aquel ataque; algo ocurrió fuera de la comprensión de Sagras, la espada de Velker absorbió la columna de fuego. En ese preciso momento, uno de los cristales de akil tomó el color rojo de las llamas. Y con un movimiento, del arma surgió una esfera de fuego dirigida al guardián que se vio obligado a contraatacar con un nuevo hechizo para evitar ser destruido por su propio conjuro. Aquella espada había sido capaz de absorber y crear un nuevo ataque.
―La espada de la Esperanza, una de las armas legendarias; sus habilidades son increíbles, ¿verdad, guardián? Ella me eligió a mí ―confesó―, es un arma increíble... ―Su semblante cambió a pura oscuridad―. Creo que ha llegado la hora de finalizar nuestro encuentro...
―Esta vez te mataré ―amenazó con seguridad el guardián.
En sus rostros podía vislumbrarse la tensión de la batalla. Solo faltaba un ataque más para decidir el vencedor del duelo. Velker clavó la espada en la tierra lanzando un poderoso ataque de fuego, cortando toda resistencia a su paso y creando un pasadizo de fuego. Sagras contraatacó con la creación de un gran tornado de llamas. El choque de los ataques creó una gran explosión, pero Sagras consiguió aumentar la energía de su conjuro absorbiendo el ataque de su rival. El caballero oscuro no logró esquivar el ataque de las llamas, desapareciendo entre el fuego creado por el guardián. Tras unos instantes reinados por el silencio, un exhausto Sagras se dirigió hacia Lua y su familia, que aún permanecían unidos intentando darse valor unos a otros. Fueron los ojos rojos los primeros en comprobar el resultado del duelo entre el caballero y el hechicero.
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HEREDEROS DE LA LUZ
FantasyHerederos de la luz se presenta como una historia de fantasía, en un mundo imaginario, dominado por hechiceros, guerreros y otras criaturas mágicas como colosos, elfos, dioses y hombres dragón. A la batalla de las Nuevas Alianzas han seguido años de...