10. Algo que termina Prt.3

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Una extraña sensación invadió el corazón de Kyria, por un momento dejó de pensar en las personas que estaba a punto de conocer, pues su padre ocupó todo su pensamiento. Algo oscuro acababa de sucederle; por primera vez se sintió sola, sin la protección de su padre, su espíritu había desaparecido. La puerta se abrió mostrando la figura de un niño que corría hacia el exterior, tras él dos adultos intentaban seguir sus pasos. El chico de blanca piel y cabello oscuro con reflejos azules se perdía en la inmensidad del bosque.

―¿Dime, Aulon, te encuentras bien? ―preguntó Taris―. ¿Les ha sucedido algo a tus padres?

―No. Mis padres están bien, pero otro espíritu de gran poder ha desaparecido. Ese espíritu comparte aspectos con todos nosotros ―dijo Aulon―, en especial con esa chica ―dijo señalando a Kyria.

―¡Sagras! ―dedujo Gerio al reconocer a su hijo en aquella niña―. ¿Qué le ha sucedido?

―Mi padre... ―dijo Kyria ante la mirada angustiada de su madre―, mi padre ya no pertenece a este mundo.

Aquellas palabras fueron un duro golpe para todos, Lua no pudo evitar las lágrimas, amaba con todo su corazón a aquel frío hechicero. Gerio y Taris, que tanto habían rogado a los dioses que cuidaran de sus hijos, acababan de recibir la peor de las noticias. Kyria intentaba no derramar lágrimas, debía ser fuerte. Pero el dolor era demasiado grande y ella, solo una niña. Madre e hija lloraron juntas, fundidas en un abrazo ante la triste mirada de los padres de Sagras. Lua repetía una y otra vez que se equivocaba, el hombre de su vida no podía haberse marchado para siempre.

Nadie parecía capaz de acabar con el poder de Ukog. Aruc miraba desde lejos el horror del combate. Tanto Riv como los jóvenes guerreros yacían gravemente heridos, mientras Agoyh, parecía incapaz de hacer nada. Tan solo unas finas lágrimas advirtieron que no estaba bajo ningún embrujo. Ukog se acercó hasta el guardián del hielo alzándole sin más ayuda que su recuperado brazo. Aruc corrió en su auxilio, pero una barrera oscura le impidió el paso. A Agoyh ya no le importaba nada.

―El cachorro del Lobo Azul ―se burló Ukog―. Gracias a tu existencia logré convertirme en el ser más poderoso. Fuiste quien me acercó al poder de la oscuridad... ―Poco a poco el odio se apoderó del sirviente de Agnam―. Me arrebataste el lugar que por derecho me correspondía. Lennan pronto sucumbirá y su guardián también. ―Ukog apretó con fuerza el cuello del guardián ante la mirada de sus compañeros.

―Sa... Sagras... ―pronunció ante la sorpresa de su rival.

―Hechicero inútil. Sin tu hermano eres incapaz de luchar. ¡Mírate!, no eres digno de llevar el título de guardián del hielo.

Ukog se dispuso a acabar con la vida del hechicero supremo cuando de nuevo sintió el acero de una espada rasgar su espalda. Baren había conseguido ponerse en pie y asestar aquel golpe. El joven sufrió las consecuencias de su osadía; con un grito de rabia, Ukog lo dejó indefenso con un ataque. Ahora sin capacidad de defenderse, contempló sin resistencia cómo su rival concentraba el poder de la oscuridad en su mano. Ukog lanzó el hechizo.

El filo de la espada de la Esperanza brilló con fuerza ante el choque con la oscuridad. La aparición de Velker sorprendió a todos, nadie parecía saber quién era aquella persona con la cara oculta tras el lodo y los ropajes de orco.

Conforme la reyerta entre los dos maestros elementales avanzaba, el Viejo Lobo obtenía esperanzas de victoria. Lennan no dejaba de conjurar hechizos a cada cual más poderoso, no dudó en utilizar todo su poder. La desesperación de Fantir le invadía por completo, jamás hubiera esperado que aquel viejo aún estuviera en posesión de un poder similar. El maestro del fuego recurrió a un nuevo hechizo, una lluvia de llamas cubrió a Lennan, que no pudo evitar el impacto de gran parte de las llamas. La desesperación fue sustituida por el orgullo ante el sufrimiento del viejo hechicero. Fantir sonrió e invocó el poder de un alto hechizo de fuego para poner fin a su enfrentamiento. Algo que hubiera conseguido de no ser por la barrera de protección de Eria.

HEREDEROS DE LA LUZWhere stories live. Discover now