10. Algo que termina Part.4

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El semielfo se reencontraría con su amigo, pero el camino de Dreid y Sekil se vio truncado al ver cómo la salida quedaba sellada por un hechizo de hielo. A golpe de espada intentaba romper aquella barrera. Lennan le miró, le sonrió tristemente y dirigió la mirada hacia su adversario. El amo del hielo hizo aparecer la Siseneg y lanzó un hechizo potenciado a través de la espada. Aquel ataque se transformó en mil espadas en forma de hielo afilado, el mismo hechizo que realizó para acabar con Tel-Av años atrás. Lennan lanzó un hechizo para intentar contrarrestarlo, pero no le quedaban fuerzas. El destino se cumpliría aquí. Lennan miró por última vez a su amigo antes de ser devorado por el ataque de su adversario.

El cuerpo de Lennan estaba allí estirado en el suelo y lleno de heridas. Fantir fue el primero en abandonar el lugar, seguido por Mailos que miró por última vez a Lennan. «Perdóname». La puerta del hielo que protegía el templo de Ve-Gor desapareció tras el ataque del amo del hielo. El semielfo corrió junto con Sekil al encuentro de su amigo que no respondía a los gritos de desesperación de Dreid.

―¡Lennan! ―dijo roto en dolor―. ¡Vamos, viejo amigo! ¡No me dejes!

―Dre... Dreid..., Se-kil... Estáis bien... ―logró pronunciar―. Mi viejo amigo, me alegro de haber cumplido mi promesa. Te lo dije... ―Sonrió con una mueca de dolor―. Volveríamos a vernos...

―No hables ―le aconsejó Dreid―, no hables, guarda tus energías. Pronto vendrá Aruc y te curará.

―Aruc, que no se enfade conmigo, y a... Agoyh, que me perdone por no proteger a su hermano...

―Vamos, Viejo Lobo, cállate..., no ves que... ¿Por qué no has dejado que te ayudásemos?

―Me has ayudado..., Dreid, mi hermano. Ha sido un placer conocerte... ―Cada vez le costaba más respirar.

―¿Por qué? ―preguntó envuelto en lágrimas―. ¿Por qué?

―Mi papel ya ha acabado. Ahora es vuestro turno, es mejor así. Ahora el hielo reconocerá a Agoyh como su maestro. Tal y como debía ser. No te preocupes por Eria, ella estará bien... Antes debes saber una cosa...

―Dime, viejo amigo. ―Dreid no paraba de llorar en silencio, atento a las palabras de su amigo.

―El reino de Iderio será atacado por Lumal. Avisa al rey..., las tropas oscuras marchan a Rawil. Es una trampa. Iderio... es el objetivo. Sin tropas, Lumal traicionará al rey... Debes ir... ―Lennan tomó la mano de su amigo y la apretó con las pocas fuerzas que le quedaban.

―Viejo tonto..., vendrás con nosotros, podrás decírselo al rey tú mismo. ―Dreid le sonreía, sin creer en sus propias palabras.

―... Gracias por advertirme de los besos de fuego. ―Lennan recordó el momento en que se encontró por primera vez con el semielfo y cerró los ojos con una sonrisa.

―Te echaré de menos. ―Aquellas fueron las últimas palabras que escuchó el conocido por Lobo Azul. 

HEREDEROS DE LA LUZWhere stories live. Discover now