(Yami y tú) Enamorada de mi secuestrador

Capítulo 18 distante.

Yami

Desperté y en toda la noche no me moví seguía acurrucado junto a Tn algo que NUNCA en mi vida me había pasado, normalmente siempre se van y no las vuelvo a ver hasta que las necesito pero esta vez es diferente.

Vi como Tn comenzó a moverse, despertó y se me quedo viendo.

—Buenos días. —dijo con tono adormilado.

—buenos días cariño.

Me levante rápidamente y del cajón saque una bata para Tn.

—Toma. -le di una bata.

—Gracias. -se levantó se puso la bata y entro al baño.

Me acosté de nuevo y comencé a pensar en lo que sentía por ella

mins después

Tn salió del baño y ya se veía más despierta pero no me decía nada, la note distante y fría... ¿será que esta arrepentida?

—Tn ¿estás bien?

—si ¿por?

—es que... te noto extraña.

—pues ya vez que estoy bien.
-comenzó a vestirse así que me levante y la tome de las manos.

—ya dime que tienes.

—ya te dije que nada, será mejor que te vistas y yo también.

— ¿te arrepientes?

Lanzó un suspiro y se me quedo viendo.

—eso es lo peor... que no me arrepiento.

—Tn... Sabes... yo...

Escuche como sonó mi celular y lo agarre rápidamente.

— ¿QUE QUIERES? ¡ESTOY OCUPADO!

—perdone pero el joven Marik se dirige a la habitación donde está la chica.

Colgué y me vestí rápidamente.

— ¿qué pasó? —dijo alterada.

—ya viene Marik apúrate.

Tn se apuró a vestirse y yo también.

Después de unos mins escuchamos la puerta por suerte ya estábamos vestidos.

Abrí la puerta y tn se sentó en el sofá.

—Buenos días yami, veo que ya conociste a mi princesa.

Entro lentamente y se acercó a tn

—Hola preciosa. -la agarro de la mejilla y ella se hizo a un lado.

—yami déjanos solos.

Salí del cuarto y esperaba que no quisiera propasarse con ella...

Tn

— ¿qué quieres marik?

—a ti por supuesto.

—yo ya no te quiero a ti.

—como que no me quieres. -me jaló del brazo.

— ¡SUÉLTAME! Si estás de salvaje menos te voy a querer, entiende pasaron muchos años y yo me enamore de ya...

— ¿de quién? -levanto la ceja.

— ¡de bakura!

— ¿qué tengo qué hacer para reconquistarte?

—nada... porque no te amo, lo siento.

—no me rendiré tan fácil te lo advierto, tarde o temprano serás mía.