Sangrienta obsesión. *EDITANDO* (Los Mikaelson, Los Salvatore y tu)

Capítulo 5

EDITADO.

    ---¿Entonces qué sucedió con el trabajo?

    ---No fue nada ---Keneth pasó su brazo sobre mis hombros mientras hablaba---, pobre del alcalde de ese pueblo, su hijo también era uno.

    ---Pobre de él ---sonreí---, ¿fueron crueles?

    ---Yo diría que demasiado ---suspiró Neandro---, aunque lo merecía.

    ---¿Por qué?

    ---Trato de convertir a Roxana ---respondió Jonathan alejándome de Keneth----, era necesario.

    ---Malditos vampiros ---murmuré---, ¿pero estás bien Roxi?

    ---Tranquila, lo intentó pero solo recibió una bala de madera a cambio.

    ---No intentes de hacer que no me preocupe, sabes que son lo más importante, así que siempre cuidaré de ustédes, aunque me cueste la vida.

    ---Lo sé ---añadió Roxana---, ¿pero quién cuida de tí?

    ---Todos lo hacemos ---sentí como Jonathan me abrazaba por la espalda---, aunque esta cabezona no lo quiera.

    ---¡Oye! ---reí--- No soy una cabezona y no necesito que nadie me cuide ---sonó la campana que anunciaba inicio de clases---, supongo que ya se inscribieron.

    ---No estamos aquí porque queremos ---burló Keneth---, lo hicimos desde ayer por internet.

    ---Ya perdón.

    Todos nos sentamos esperando que iniciaran clases las cuales fueron demasiado aburridas. Ya hacían dos años desde que no ibamos a clases, después de salir del internado nuestra vida se centró directamente en cazar vapiros y licántropos, a tal punto que ni siquiera llegábamos a reconocer la palabra "escuela" o "estudio".

    Sin embargo, a pesar de todo eso, no fue nada complicado aprender y resolver todo lo dejado en clase, sobre todo burlarnos un poco sobre la clase de historia, al ser cazadores nos informábamos sobre todos los acontecimientos del pasado, y en los libros venían mal. Las clases pasaron hasta que terminaron, todos nos dirigíamos al auto cuando sentí que alguien me tomó de la mano y giró. Era Elena.

    ---Necesitamos hablar.

    ---Creeí que ayer ya lo habíamos hecho, ¿no? ---suspiré molesta--- Muy bien linda ¿de qué quieres hablar? No espera déjame adivinar, quieres presumirme que te quedaste con mi vida, que lograste todo lo que yo quería, que eres la chica perfecta que finge no serlo aunque dentro de ella lo sabe y lo ama, ¿quieres hablar? Bien yo ya escuche mucho ahora tu escucha, no eres nadie para mi ya te lo había dicho, y no me interesa tu vida no me entrometeré en tus asuntos si no me involucran, solo te pido una cosa aléjate de mi Elena Gilber, porque no eres nadie para mi y no quiero que lo seas.

    ---¿Qué pasa? ---ví a Stefan llegar quien me veía con confusión--- ¿Cuál es el problema?

    ---Tranquilito noviecito, te recomiendo que no hables si no quieres que le cuente a todos tu secreto.

    ---¿A qué te refieres? ---trató de fingir pero podía ver que se había puesto nervioso--- No comprendo a qué te refieres.

    ---Tú sabes a lo que me refiero Stefan ---le sonreí---, ¿o acaso olvidaste lo que eres? ---pude notar la mirada confundida de todos--- Así que te recomiendo que te vayas, antes de que lo diga, porque soy capáz de hacerlo ---lo ví a los ojos, retándolo---, vete ---al decir esa palabra se fue del lugar haciendo que sonriera y ví a los demás---, también ustédes, porque tengo cosas para todos ---se quedaron estáticos----. ¡Lárguense!

    Todos salieron corriendo, por mi parte me dí media vuelta molesta y comencé a caminar sabiendo que me seguían los demás, al llegar al auto saqué unas pastillas y me tomé una sintiendo como al instante me relajaba, me giré nuevamente para verlos y comenzar a hablar.

    ---Lo lamento, esa es mi asquerosidad de mi familia y "amigos" ---suspiré---. Ahora lo importante, el chico que intervino era Stefan, Stefan Salvatore ---ví fijamente a Daniela ya que ella también era una---, así que no podemos matarlo simplemente, antes de eso tendremos que conseguir información sobre el pasado de Daniela, y tengo una idea, así que vamos a las oficinas de periodismo.