Atados por el destino (libro #1)

Capítulo 2: los Hamptons.

Despierto con un terrible dolor de cabeza. Después  de la pequeña discusión con Nicholas debo decir que no tomé la decisión más acertada en tomar como si no hubiese mañana. Tengo coraje conmigo misma por haber dejado que me pusiera nerviosa una vez más; debo decir que desde que terminamos he tratado de no volver a tener una relación amorosa seria, pero me da rabia que cada vez que aparezca se meta bajo mi piel. Si, fue mi primer amor, mi primera vez. Pero lo odio porque me engañó, porque después que me dijo que me amaba, se acostó con la primera puta que se encontró y eso es algo que no le puedo perdonar. Necesito encontrar un esposo en seis meses y embarazarme, o sino perderé toda mi fortuna.

Me levanto dispuesta a tomar un baño cuando mi celular suena, ruedo los ojos al saber que es mi madre quién llama.

-. Hola madre- saludo cortante.

-. Donde estás Grace- tan amable ella como siempre-. Tenemos un almuerzo en los Hamptons, todos te están esperando.

-. Nadie me avisó- protesto-. Y ya tengo planes, lo siento pero no puedo.

-. ¡Grace Elizabeth Cranston Brown!- me regaña mi madre y yo ruedo los ojos-. Te quiero aquí, los Williams organizaron este almuerzo para ti.

-. ¿Para qué?- pregunto sarcástica-. ¿Para celebrar mi futuro compromiso con el peor error de mi vida? Olvídalo madre, no quiero pasar un minuto más con esa familia.

-. Nicholas ni siquiera estará aquí- dice mi madre-. Quieren concretar detalles de tu primer día en la empresa.

Suspiro, se me olvidó que ellos fueron quienes me dieron mi primera oportunidad. Al menos Nicholas no estará allí para molestar, así que no me queda más remedio que aceptar.

-. Está bien madre- concedo-. Estaré allá en la tarde.

No tengo ánimos para asistir a un estúpido almuerzo con la familia de Nick, pero debo recordar que ellos son ahora mis jefes y que esto lo hago por mi nuevo puesto de trabajo. Llego a la gran mansión de los Williams en los Hamptons con la sonrisa más falsa que puedo aparentar, el mayordomo me indica que el almuerzo es en la gran terraza, así que con un asentimiento me dirijo hasta allá. Cuando entro veo a mi madre hablando animadamente con el señor Williams, mientras que mi padre, hermano, mis abuelos y la señora Williams se encuentran en la mesa intercambiando una que otra palabra.

-. ¡Pero si llegó la graduada!- exclama mi hermano con una sonrisa-. Creímos que no vendrías.

Me acerco con una sonrisa para saludar a cada uno de mis familiares, luego le tiendo la mano a la señora Williams y por último al señor Williams. Mi madre no me saluda y yo la ignoro sentándome junto a mi hermano.

-. ¿Cómo la terminaste de pasar querida?- pregunta mi abuela con voz dulce-. Quisimos quedarnos más tiempo, pero ya sabes que estos viejos ya no estamos a prueba de galas- me río.

-. Todo bien nani- digo-. A pesar de un pequeño imprevisto, de resto todo bien.

-. Grace, querida- me llama la señora Williams-. Ayer no tuvimos la oportunidad de conversar y felicitarte por tu graduación, nos sentimos apenados y por eso insistimos con este almuerzo.

-. No se preocupe señora Williams- sonrío falsamente-. Igual quiero darle las gracias por la oportunidad de dirigir su compañía aquí en Nueva York.

-. De eso quiero conversar querida Grace- interviene el señor Williams-. Quiero que empieces lo antes posible, de hecho si es mañana mucho mejor. Hemos estado teniendo problemas con esta sede y confío que tú harás un excelente trabajo.

-. No se preocupe señor Williams- sonrío-. Haré lo mejor que pueda para duplicar y triplicar sus ganancias.

-. ¡Oh querida!- sonríe la señora Williams-. Estoy segura de que tú y mi hijo sacarán adelante esta nueva sede, confío.....