Atados por el destino (libro #1)

Capítulo 28: farsa.

-. Te ves preciosa...-murmura Aaron una vez abro la puerta-. Lástima que sólo tengamos que fingir, podría hacerte Mía en estos momentos si quisiera.

-. Eres un desgraciado-siseo-. Solo quiero que termine esta mentira para regresar a los brazos de mi esposo, donde pertenezco.

Azoto la puerta de mi habitación y camino hasta el ascensor sin ni siquiera esperarlo. No tengo ánimos de nada, mucho menos de conocer a su estúpida familia. Una vez dentro, ninguno de los dos dice nada, solo esperamos pacientemente a que el ascensor llegue al primer piso.

Al abrirse las puertas del ascensor, no me percato de que Aaron sostiene mi mano y me aprieta junto a él, estaba por apartarme bruscamente, pero un pellizco en mi espalda me detiene.

-. Aquí debes fingir que me amas- sisea entre dientes-. En este lugar soy una figura pública, así que si queremos que mi familia crea esta farsa, coloca la sonrisa más radiante que tengas y sigue caminando muñeca.

¡Lo odio! Es que lo mato, lo quiero matar a él a su padre y a mi padre. Me siento secuestrada, manipulada y completamente inútil en estos momentos. Extraño a Nicholas, lo necesito más que nunca. Sin decir una palabra más y pretendiendo ser la pareja perfecta, caminamos de la mano hasta su auto, me ayuda a subir fingiendo ser un caballero, para sumergirnos en nuestros propios pensamientos.

En el camino ninguno de los dos dice nada, solo las voces de la radio resuenan en su lujoso auto, saco mi celular para llamar a mi esposo, pero Aaron me interrumpe:

-. Mi madre se llama Ella, tiene un imperio en decoración, mi padre Max y tengo una hermana pequeña de doce años que se llama Elizabeth- describe Aaron mientras maneja entre las calles de Sídney-. Nos conocimos en un evento de tu familia hace algunos meses, te invité a salir, nos enamoramos y nos casamos. Fin de la historia.

-. Vaya...-Murmuro sarcástica-. Lo tenías todo preparado.

-. Es lo que le dije a mis padres- Sonríe arrogante-. y espero que puedas mantener nuestra mentira.

No digo nada más y me concentro en un punto fijo el resto del camino. Unos minutos más tarde, Aaron se detiene frente a un portón enorme, teclea un código y las puertas se abren. No me sorprende que vivan en un palacio, a fin de cuentas, su familia al igual que la mía, han alcanzado el éxito en sus propios negocios a través de los años. Aaron parquea y apaga el auto, se voltea hacia mi y sonríe:

-. ¿Lista muñeca?

-. Púdrete en el infierno.

Aaron carcajea en lo que baja del auto, me quito el cinturón de seguridad para poder salir del auto, pero mi lindo esposito se me adelanta, abriéndome él mismo la puerta.

-. A partir de ahora eres Grace Praxton, mi esposa. Más te vale que sigas al pie de la letra nuestro plan y no intentes nada, de lo contrario todas tus propiedades serán mías muñeca.

Ignoro su amenaza y camino junto a él hasta la puerta. Aaron toca el timbre y un mayordomo abre la puerta.

-. Señor Praxton- Sonríe el hombre-. Qué bueno es tenerlo de nuevo en casa, su familia está en el comedor. Le agradará su visita.

-. Gracias Justin- Sonríe Aaron-. Por cierto, ella es Grace Cranston, mi esposa. Cariño, el es Justin, el mayordomo de mi familia.

Quiero vomitar por como suena el apelativo cariño en sus labios, sin duda a Nicholas le sale mucho mejor, sin embargo, pongo la sonrisa más falsa que puedo y me presento.

-. Es un gusto Justin.

El mayordomo asiente con una sonrisa y nos guía a través de la enorme sala de estar hasta lo que parece ser el gran comedor. El mayordomo anuncia que hay visitas, lo que provoca la atención de los comensales, ya que la mesa queda en completo silencio.