—Disculpe... ¿A quién debo entregarle esta orden?
Evelyn se acercó a la enfermera algo confusa porque había muchos consultorios y varias salas de recepción en ese piso. La enfermera leyó la orden y le sonrió.
—¡Ah! Eso es en la Unidad de Diagnóstico. ¿Ve aquella chica de lentes allá? Debe entregársela a ella.
—¡Muchas gracias! —respondió Evelyn.
Andy estaba quedándose dormido de pie recostado de una pared. Su hermana lo sujetó del brazo como si fuera un niño y se lo arrastró hasta la UD.
—¡No te soporto! ¡En serio! ¿Cómo es posible ya vas a cumplir treinta y me haces pasar por esto? ¡Ni mi hijo mayor que tiene catorce años me haría pasar por algo asi!
—¡Pero si ya me curé! ¡Seguro fue un puto cólico! Ya estoy bien, hermanita, ¡llévame a casa!
—¡No! ¡Te vas hacer ese examen y punto! Y luego te vienes a mi casa, porque no voy a estar yendo a tu departamento a cuidarte. Tengo tres hijos por los que tengo que velar también. ¡Y ellos si son pequeños!
Evelyn sentó a Andy en una sala de espera cercana y se dirigió a la chica de la recepción de la UD.
—Buenas tardes, me dijeron que debía entregar esto por acá.
La chica le sonrió a Evelyn y de forma muy amable tomó la orden y la leyó.
—Ya lo anoté en la lista. Debe esperar que lo llamen porque en este momento hay un paciente ahora en la Sala de Gastroenterología.
—Bien, ¡gracias!
Evelyn regresó junto a Andy y se sentó a su lado.
—Bueno, tenemos que esperar.
—¿Puedo echar una dormidita en tu hombro mientras? —Andy se recostó de su hermana y puso su cabeza en su hombro.
—Supongo...
En ese mismo instante, Mandy y su madre llegaron a la Unidad de Diagnóstico y se acercaron a la chica de lentes de la recepción.
—Buenas tardes. Tengo una cita hoy y me dijeron que pasara por acá.
—¿Me dice su nombre?
—Mandy Collins. —Respondió sonriendo la joven.
La recepcionista buscó en el sistema su apellido correlacionando con las citas del día, hasta que la encontró.
—Sí, la tengo en sistema. Pero uno de los especialistas no ha llegado, asi que debe esperar en esa sala de allí hasta que le llamen.
—Muy bien, gracias...
Mandy se acercó a su mamá y le señaló la sala de espera.
—Aún no llega uno de los especialistas. Supongo que debemos esperar.
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EMBARAZADO Por Accidente
HumorAndy Collins tenía la vida perfecta: Un trabajo que le apasionaba y le hacia ganar muy buenas comisiones, una vida cómoda donde se disfrutaba todo tipo de lujos y caprichos, y además este chico se jactaba de ser uno de los solteros más codiciados d...