EMBARAZADO Por Accidente

Una inesperada proposición

—¡Como te odio! ¡En serio! Cuando salgas te daré una paliza, no me importa que seas un bebé, ¡me las pagarás!

Eran las cinco de la mañana y Andy amanecía con la cabeza casi metida en el escusado. No pudo dormir bien en toda la noche, las náuseas y mareos eran insoportables. Además tenía estreñimiento y esto le producía pesadez estomacal. Nuestro pobre chico sufría con mucha intensidad los malestares comunes del embarazo. Mientras trataba de incorporarse escuchó que alguien tocaba su puerta. Al abrir vio a Mike en una muy sexi y apretada ropa deportiva que exhibía ese delicioso cuerpo atlético y tentador.

—¡Papi! ¿Estás bien? Te oí vomitando.

Andy tardó ocho segundos para responderle, mientras trataba de disimular su impresión al verle de esa forma.

—Yo... estoy bien. Vomitar es mi estado "natural" hoy en día, gracias al engendro que me metieron. ¿Vas a salir a esta hora?

—Sí. Tengo por costumbres salir a correr y hacer ejercicios en el campo baldío que está cerca.

—¿Por qué tan temprano? Ni los gallos se despiertan a esta hora.

—Justamente. Las calles están vacías, no hay autos, puede ponerme los audífonos y correr sin estar pendiente que me atropellen. ¿Quieres que te traiga algo de la cocina? ¿O un calmante antes de irme?

—No, no me traigas nada. Me iré a la cama. Veré si el engendro me deja dormir algo.

Andy le cerró a la puerta en la cara a Mike. El pobre se suspiró contemplando la puerta cerrada por unos segundos y luego se retiró. Entretanto, Andy se acomodaba en la cama y se cubría la cabeza con las almohadas para pasar el mareo.

—¿Por qué tu papá es tan sexi? ¡Dios! ¡Ese tipo esta como quiere! No sé a dónde demonios huye mi heterosexualidad cuando lo ve... Tu mamá tampoco está mal, sólo hay que hacerle un "transplante de personalidad" y será una chica muy hermosa. Tienes buenos genes, engendro, puedes ser modelo cuando salgas de mi cuerpo, y yo entretanto seré rico, tendré un auto fabuloso y pasearé por las calles de Monza en el. Es un lugar hermoso en otoño, es una ciudad en Italia, las vías tienen muchas curvas y ves el rio Lambro mientras conduces. Monza es simplemente bella y ecléctica. O quizás vaya a la costa sorrentina, es otro lugar de ensoñación, puedes ver el mediterráneo mientras te tomas un limoncello, en una pequeña tractoria. Es posible que me compre una casa allí. Los sorrentinos cultivan naranjos, vides, olivos y sobre todo limones que, en primavera, desprenden un embriagador perfume de flores. ¿Sabías que allí los griegos pensaban que ese mar estaba habitado por sirenas, engendro? Es que el mar en ese punto es tan azul y perfecto que el cielo le envidia...

Y así, hablando con su "pancita", Andy logró quedarse profundamente dormido.

***

Andy despertó con el sonido del aspersor del jardín, el "clik-clik-clik" del aparato al girar y regar las plantas se le hizo extraño. Dudó por unos minutos mientras se levantaba de la cama y trataba de recordar donde estaba. Aun no se acostumbraba del todo a que ahora vivía en casa de Mike y Mandy. Se levantó de la cama y fue al baño, notó que ya no se sentía mal, en ese momento no tenía mareos, ni nauseas, sólo un poco de somnolencia. Y eso le hizo sonreír.

—¿Qué? ¿Me vas a dar unas horas libres de malestares, engendro? ¡Las voy aprovechar!

Entró a la ducha para darse un buen baño y prepararse para salir.

Entretanto, Michael preparaba el almuerzo. Su esposa no estaba en casa, ya que estaba trabajando; pero él tenía parte del día libre ya que le tocaba entrenar a sus alumnos ese día a partir de las tres de la tarde. Este no había querido molestar a Andy sabiendo que este pasó muy mala noche, y por eso no le despertó para desayunar. Se esmeraba entonces en prepararle un delicioso y muy sano almuerzo para sorprenderlo. Aunque el sorprendido fue él al ver a Andy entrar a la cocina trajeado y muy perfumado.