Un inicio algo...complicado.

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—Andy, ¿estás seguro de esto? ¡Es una completa locura!

—Son cinco millones de dólares, Evelyn. ¡Por supuesto que voy hacerlo! ¡Si quieren hasta les puedo tener el hermanito de este engendro que me metieron!

—¡Andy, no todo en esta vida es dinero! ¡Piensa en tu salud! ¡En tu vida! Todos los riesgos e implicaciones que pueden traerte este embarazo... ¡Es totalmente antinatural y nunca antes han hecho esto! ¿Qué si algo sale mal?

—Evelyn, ¡cálmate! Si algo sale mal, me sacan el engendro e igual van a pagarme. De todas, todas, yo salgo ganando. Además, ¿qué tan malo puede ser un embarazo? Tú has tenido tres hijos ya, así que no me vengas con tu psicoterror y con tu vocecita sufrida de: "Ay, Andy no sabes lo malo que es un embarazo"... 

—¡Si será imbécil de verdad! ¡Yo soy mujer, Andy! ¡Tú eres un hombre! ¡Los hombres no se embarazan!

—Díselo a mi pancita... ¡Oh! ¡El engendro no tiene oídos aún! Así que ahórrate tus comentarios, Evelyn. Ya firmé el contrato y sólo debo soportar esta mamada por nueve meses y luego seré millonario.

—¡No te soporto! Y ahora dime: ¿Por fin te vas a llevar esta camisa o no?

—No, esa no. Sólo mete ropa de algodón.

Andy y su hermana estaban en su departamento haciendo las maletas. Michael les recogería en una media hora para llevar a Andy al que sería "su nuevo hogar" durante su los próximo nueve meses o el tiempo que durará la gestación del bebé. 

Luego de la inesperada y traumática noticia, Andy decidió verle el lado positivo a su accidente y con eso se refería a los cinco millones de dólares que recibiría como compensación luego que finalizara el embarazo. Aunque obviamente Evelyn aun trataba de hacerle ver los riesgos a los que se expondría.

—¿Y si te encariñas con el bebé? ¿No has pensado en eso?

—¿"Encariñarme" con este engendro? ¿Estás loca? ¡Odio a los niños! ¡En especial a los bebés llorones y que se hacen sus necesidades encima! ¿Cómo crees que voy a tomarle cariño a este? Para empezar no es mi hijo, no tengo ningún vínculo con "esto" que me metieron. ¡Y si fuera mi hijo menos lo quisiera! No he querido complicarme la vida con esto de casarme y tener una familia, y no creo que lo haga alguna vez.

—Andy... Eso lo dices ahora. Pero cuando lo sientas dentro de ti te aseguro que será muy diferente...

—Si, claro. ¡Lo detestaré! De hecho ya lo odio, no he podido fumar un maldito cigarrillo desde hace días, todo me da asco, nauseas, mareos, me he desmayado dos veces y lo único que he podido tragar sin vomitar son papas fritas... Por cierto, tengo unas ganas enormes de comer papas fritas en este momento.

—¡Tienes que dejar de comer eso! Me dieron casi una guía de como debes alimentarte de ahora en adelante. Además tendrás que tomar muchos suplementos vitamínicos, nada de alcohol, cigarrillos, grasas o comidas con altos componentes químicos. De hecho recomiendan que sólo debes comer frutas y legumbres orgánicas.

—¿Qué? ¿No se supone que a las embarazadas les cumplen los antojos? ¿Por qué mierda a mi si me van a joder con una dieta?

—¡No me lo preguntes a mí!

Mientras Andy cerraba una de las maletas, Evelyn aprovecharía de hacerle una pregunta fuera del tema de su "embarazo", pero no menos curiosa:

—Andy... ¿Qué hacías tú en un Spa con Matt? ¿Ustedes no se detestan a muerte?

—¡Yo lo odio! Eso no ha variado ni un poquitito. Pero desde que me tropecé con Matthew en España, él anda comportándose muy "amable" conmigo.

EMBARAZADO Por AccidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora