EMBARAZADO Por Accidente

¡Tranquilo, corazón!

—¡Andy! ¡Oh por Dios!

Mandy se hizo "la sorprendida", y en cámara lenta buscó una bata y cubrió su cuerpo.

Andy estaba realmente muy apenado con ella, se dio vuelta con todo respeto, y empezó a excusarse por su intromisión:

—¡Lo siento! ¡Lo siento mucho, Mandy! Te juro que no fue mi intención... ¡Yo pensé que me llamabas a mí! Creí que necesitabas algún favor... yo... ¡Saldré de inmediato!

Avergonzado, Andy salió de la habitación y se dirigió a la suya. Se encerró allí

—¡Santo niño de la Melcocha! ¿Pero qué acabo de ver? ¡Esa madre tuya sí que está divina, engendro! ¡Si que tienes una excelente combinación de genes!

Sintiéndose apenado y al mismo tiempo muy afortunado, Andy sonreía nervioso pegado a la puerta de su habitación. No estaba seguro si Mandy se había enfurecido por haberse metido así a su alcoba matrimonial; pero el mal ya estaba hecho...y lo que vio, no se le borraría muy fácil de la mente.

Por otro lado, Mandy en su habitación, se reía cubriéndose la boca para no ser descubierta. Su plan había funcionado mejor de lo que se hubiese imaginado, tomando a Andy muy, pero muy desprevenido.

La joven comenzó a quitarse toda esa sexi lencería rápidamente, la metió en la bolsa de compras; y la escondió debajo de la cama, junto con otras bolsas que había comprado ese mismo día. Luego se puso su pijama de siempre que era una común de algodón de dos piezas: de camisón y pantalón.

Luego se quitó el leve maquillaje que tenía en su cara, y hasta se despeinó un poco para verse más desaliñada.

La primera parte de su plan ya se había consumado, ahora sólo debía ser paciente y esperar el momento oportuno hasta el siguiente paso.

Entretanto, Mike abría la puerta de su casa, y entraba muy sonriente. Traía varías bolsas de compras, y por supuesto: el helado que le prometió a su "Papi".

Mandy salió de la habitación y se dirigió a la cocina. Obviamente se podría a cocinar la cena, disimulando un poco lo sucedido hace minutos atrás.

—¡Ah! ¡Qué raro! Pero si estás aquí...

Con ese saludo cínico, Mandy recibió a su esposo, mientras este arreglaba los víveres.

—¡No veo lo "raro"! Yo vivo aquí, querida; sólo por si se te olvidó.

—¡Claro! Cómo no se me olvidaría... ¡Si es que te veo tanto! ¿Y eso que estás acá tan temprano? ¿Te despidieron?

—¡Ja! ¡Ja! ¡Pero qué graciosa estás hoy! No, no me despidieron, Mandy. Simplemente decidí desocuparme temprano para venir a preparar la cena.

—¿Tú vas a preparar la cena? ¿En esta casa? ¿Y desde cuando tú eres "chef"?

Mike soltó los víveres y se quedó mirando a Mandy, quien estaba cruzada de brazos a la defensiva.

—Me pareció un buen gesto, llegar temprano y ser quien prepare la cena para mi familia. ¿Ahora te vas a molestar también por eso, Mandy?

La joven respiró profundo, y trató de sobrellevar mejor la situación. Pero que Mike de pronto fuese tan "atento", era algo que Mandy no se tragaba así de fácil.

Pero decidió hacerle creer que sí; así que lo dejó en paz.

Mientras Mike arreglaba todo en la cocina, Mandy sirvió un vaso de leche y en un plato colocó varias galletas de chocolate. Puso el vaso en medio del plato, y de forma silenciosa salió con la leche y las galletas de la cocina...