Aún sigo con ese sentimiento de alegría infinita.
Alan dijo que soy su novia. ¡Oh Dios mío!
Ahora ha estado conmigo todo el tiempo, mi mano no la ha soltado en ningún momento, incluso me invitó a sentarme en su mesa de amigos.
Esto es más de lo que alguna vez pude haber pedido.
—Vaya, carne fresca. —fue el comentario que uno de sus amigos expresó. Francisco, creo que es su nombre.
— Callate. —ordenó Alan.
Tan sólo me quedaba sentada en silencio mientras ellos conversaban. Él de vez en cuando me abrazaba y me atraía hacia él. Incluso me besó en repetidas ocasiones. Yo le hice saber que me incomodaba, pero pareciera ser que no le importaba.
— ¿Sabes lo qué te espera no es así? —me cuestionó un amigo de él que se encontraba a mi lado. Un chico moreno con cabello ondulado, miré sus ojos canela y pregunté a que se refería.
— Él es mi amigo —dijo de manera confidente —pero eso no le quita lo cabrón.
— Pero él se ha mostrado bastante lindo. —lo defendí.
—Por ahora, una vez que consiga lo que quiere, ya verás. —lo miré interrogante.
— ¿Y qué es lo que quiere? —pregunté sin entender a que se refería.
— Tu sí que eres inocente. —dijo con burla.
— ¿De qué tanto hablas con ella? — Alan se interpuso entre nosotros.
— Tan sólo sacaba platica —levantó sus manos en modo de rendición el chico moreno.
— Vámonos Andrea. —tomó de mis manos y sin darme tiempo de despedirnos, nos marchamos.
Su agarre era duro y demostraba y dejaba en claro quien llevaba el control.
Y no estoy segura si esto me agrada.
ESTÁS LEYENDO
CUARENTA DÍAS.
Short StoryTodo tiene un fin, y el mío, llegará más pronto de lo que te imaginas. Una vez me dijeron, que era de cobardes arrancarse la vida. Pero yo no creo en eso. Cada persona que dio el paso mortal, fue porque tuvo sus motivos. Yo tengo, cuarenta motivos...