— Entonces, saliendo de clases iremos a mi casa. —Alan quiere que vayamos a su casa, yo le he dicho que mejor otro día pero él insiste en que hoy.
— ¿Por qué no mejor mañana? —pregunto con timidez —siento que es muy pronto para ir a conocer a tus padres.
— No te llevaré a conocerlos. —niega con una sonrisa, se acerca a mi y besa mi mejilla, siento cómo cada vez desciende más hacia mi cuello. —Quiero tocarte. —susurra en mi cuello con voz ronca.
— Alan, vamos muy pronto —lo aparto delicadamente, puedo notar como su mandíbula se tensa.
— ¿Cuándo será entonces? —parece desesperado, volteo a mi alrededor esperando que no haya nadie cerca, y en efecto, no lo hay.
— No sé Alan, no me siento preparada para dar semejante paso —inconscientemente retrocedo — Yo quiero hacerlo con amor, ¿sabes? Quiero que una vez que lo haga, no me arrepienta, quiero estar segura.
— ¿No me amas? —noto dolor en sus ojos —Creí que me amabas, creí que tu y yo, eramos una relación seria. —Sus palabras causaron efecto en mi. Me duele verlo así, se nota dolido.
— Claro que te amo, desde primer año de preparatoria lo he hecho —tomo su mano y le sonrío —es solo, que yo jamás he hecho nada de ese tipo.
— Entonces será más especial. —Y sin dejar que yo me oponga o contradiga, estampa sus labios en los mios.
— Saliendo, iremos a mi casa, ¿verdad? —ambas manos toman de mi nuca, su sonrisa me parece irresistible, y noto un brillo de esperanza en su mirada.
— S-si, está bien. —asiento sin siquiera estar consciente de mis palabras, solo puedo quedarme perdida en esos ojos color esmeralda.
Es un paso enorme el que daré esta tarde, siento que es demasiado rápido, pero él siempre me ha gustado. Y yo no mentí, lo amo de verdad.
Como dijo mi madre, quizá lo amo más que a mi misma.
— Te quiero. —me sonríe, deposita en suave besos en mis labios y se marcha, dejandome con dudas y con temor.
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CUARENTA DÍAS.
Krótkie OpowiadaniaTodo tiene un fin, y el mío, llegará más pronto de lo que te imaginas. Una vez me dijeron, que era de cobardes arrancarse la vida. Pero yo no creo en eso. Cada persona que dio el paso mortal, fue porque tuvo sus motivos. Yo tengo, cuarenta motivos...