Capítulo 40. Final.

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Este capitulo esta dedicado para kindorrrr ¡feliz cumpleaños! Espero aun lo valga:c

Dos largas semanas han transcurrido desde que Miranda ya no está con nosotros.
Ha sido verdaderamente difícil para todos, en especial para su madre, aceptar este hecho.

Tratamos de venir a visitarla todos los días, o por lo menos cada tercer día. Los tres (Josh, Sandra y yo), nos ponemos de acuerdo para reunirnos en las tardes en el cementerio. Le llevamos rosas, y conversamos como si ella estuviera ahí, a nuestro lado; ella no está muerta, al menos no para nosotros. Pues mientras la recordemos, ella vivirá para siempre en nuestros corazones.

Ella está viva, aunque no la miremos, sabemos que ahí está. Nosotros no la olvidaremos, así que ella nunca morirá.

Ahora será nuestra graduación. Por fin hoy, dejamos la preparatoria para comenzar a vivir nuestra nueva etapa en la universidad. Por fin me decidí; estudiare Psicología. Quiero ayudar a personas y escucharlas, quiero ser ese apoyo que muchos necesitan pero no todos la tienen.

Puedo decir, y sin miedo a equivocarme, que ésta es mi vocación. Estudiare en la universidad de aquí mismo de mi ciudad, y Josh, bueno, tengo que hacerme a la idea de que él tendrá que marcharse para poder cosechar su futuro.

Me duele, sí, pero no puedo ser egoísta y atarlo aquí a mi lado, si su futuro y sus sueños se encuentran lejos de aquí.

Ahora, antes de la fiesta de graduación, decidimos ir al panteón a visitar a nuestra amiga.

Llegamos desanimados, los tres deseábamos poder graduar nos felices, los cuatro, como mejores amigos, bailar, reír, bromear.

— Miranda dio lo mejor de sí. —Murmura Sandra con su vista fija en la lápida.

— Esta graduación no será la misma sin ella —hablé en voz baja y con pesar.

— Yo no iré, —afirmó Sandra — ¿y ustedes? —nos pregunta directamente a Josh y a mi. Ambos negamos con la cabeza.

— No puedo pensar en fiesta en estos momentos —dijo Josh.

— A Sandra le hubiera gustado que fuéramos a la fiesta, pero estoy segura que nos entiende.
—Murmuré.

— En fin, —dio un largo suspiro Sandra, mientras se levantaba de la tumba y sacudía sus pantalones —tenemos que tener ánimo y superar esta pérdida, Miranda así lo hubiera querido.

Josh y yo le dimos la razón y nos levantamos de donde nos encontrábamos sentados. Toco una vez más la lapida que dicta "Miranda, siempre estarás en nuestros corazones".

Inconscientemente sonrío, ella luchó hasta más no poder, estoy orgullosa de ella.

— Andrea, cariño, tenemos que irnos —Josh toca mi hombro con suavidad y tomo su mano sin despegar mis ojos de la tumba.

— Sí, sólo me despedía —contesté con una sonrisa, Josh me la devolvió y tomó mis manos.

Doy una última mirada desde la entrada del cementerio, específicamente, a la tumba de Miranda, y me despido con un tono de voz casi inaudible.

****

— ¿Segura que no quieres ir a la fiesta? —Es lo primero que me pregunta Josh en cuanto pisamos mi casa.

— Estoy muy segura —es mi respuesta —la verdad, es que prefiero pasar este tiempo sólo contigo. Si tú quieres, claro —agrego rápidamente.

Josh sonríe desde donde está y se acerca a mi, con una sonrisa hermosa aún plantada en sus labios. Mis ojos lo siguen, viene hacia mi, toma mis mejillas y besa mi frente, cierro mis ojos sin dudarlo, su tacto siempre logra tranquilizarme, pero, al mismo tiempo, hace que mi corazón palpite rápido; increíble lo que puede causar en mi con tan pequeño gesto. 

CUARENTA DÍAS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora